Juan Camilo y Artur Santiago Córdoba Parra, dos jóvenes de Florencia, Caquetá, encontraron en la pintura una vía para superar las barreras de una enfermedad rara, convirtiendo su pasión en un exitoso emprendimiento artístico.
El talento artístico de los hermanos Juan Camilo y Artur Santiago Córdoba Parra, ambos diagnosticados con la enfermedad de Pelizaeus-Merzbacher, llamó la atención de Mónica Rivera, coordinadora regional de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) para Caquetá.
Con motivo de la celebración de los 61 años de fundación de este organismo gremial, ella les encargó la realización de un tríptico pictórico que representara la labor ganadera.
“La obra consiste en una vaca, que simboliza la pasión, un búfalo, que representa la resiliencia, y un caballo, que hace alusión a la disciplina, valores que están estrechamente relacionados con la actividad bovina”, comentó la señora Rivera.
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Transformaron su vida a través del arte
Juan Camilo y Artur Santiago Córdoba Parra son dos hermanos que, a pesar de enfrentar la rara enfermedad de Pelizaeus-Merzbacher, han encontrado en la pintura no solo una herramienta de desarrollo personal y terapia, sino también una forma de vida y sustento.
Guiados por su madre, María Victoria Parra Vargas, estos jóvenes artistas, residentes en la ciudad de Florencia, Caquetá, han logrado convertir su pasión por los colores y el arte en un emprendimiento exitoso y una fuente de inspiración para muchos.
El arte que les devolvió la vida
María Victoria relató cómo el arte transformó su hogar monoparental. “El arte nos salvó la vida, especialmente a mí”, aseguró. Antes de iniciar su camino en redes sociales, ya había introducido a sus hijos en diferentes actividades pedagógicas, pero fue la pintura la que despertó en ellos una conexión especial.
Desde pequeños, los hermanos disfrutaban pintando sobre papel, cartón y otros materiales caseros. María Victoria descubrió que este acto creativo tenía un efecto calmante y terapéutico para ellos, aportándoles paz y alegría.
Aunque al principio intentó dibujar lo que sus hijos pedían, Juan Camilo, con su particular forma de comunicarse, le hizo entender que ellos preferían un mundo lleno de colores. “Ellos ven la vida de muchos colores y yo la estaba viendo a veces gris”, reflexionó.
Un proyecto que comenzó con un regalo
La historia dio un giro en enero de 2021, cuando una amiga de la familia les regaló su primer set de pintura acrílica y lienzos. Fue entonces cuando el arte dejó de ser solo una actividad recreativa y comenzó a consolidarse como un proyecto de vida. Lo que empezó como un hobby pronto captó el interés de personas en redes sociales, quienes comenzaron a pedir y comprar sus obras.
Así nació el emprendimiento “Los hermanitos Córdoba”, una propuesta de arte adaptado que no solo fortalece las habilidades de los niños, sino que también envía un mensaje poderoso de inclusión y resiliencia.
Reconocimiento internacional
Cuatro años después, las obras de Juan Camilo y Artur Santiago ya han cruzado fronteras. Sus pinturas han llegado a Estados Unidos, Guatemala, México, Argentina, Ecuador y Europa. Además, han participado en exposiciones internacionales y cuentan con certificaciones que los reconocen como artistas profesionales. La diversidad y el colorido de sus trabajos reflejan una visión optimista y llena de vida.
El poder de la inclusión
María Victoria tiene claro que el éxito de sus hijos es un ejemplo de lo que puede lograrse con apoyo y dedicación. “Deseo que siempre nuestro arte adaptado lleve ese mensaje de verdadera inclusión; las personas con cualquier tipo de situación de discapacidad pueden lograr grandes cosas con nuestro apoyo incondicional y de calidad”, afirma con convicción.
La historia de los hermanos Córdoba Parra demuestra que el arte puede ser una poderosa herramienta de transformación, capaz de abrir caminos inesperados y llenar de color incluso los días más grises.