Pese a las denuncias ante la Fiscalía y solicitud de acompañamiento administrativo, las autoridades no han logrado frenar los hurtos sistemáticos que incluyen aires acondicionados, cableado de cobre e instalaciones eléctricas de alto valor.
La Logia Masónica Luz de la Verdad, institución cultural y filantrópica, se ha convertido en el blanco perfecto de bandas de delincuencia común que han perpetrado cinco robos, sustrayendo del templo centenario ubicado en el corazón de Santa Marta, equipos electrónicos e instalaciones por valor de $80 millones.
Según denuncian, los delincuentes han demostrado ‘conocimiento técnico especializado’ al sustraer cinco aires acondicionados de gran potencia, instalaciones eléctricas completas, cableado de cobre y hasta un tanque elevado, evidenciando una operación criminal organizada que aprovecha la vulnerabilidad del edificio de más de 130 años de antigüedad.
Esta situación particular, refleja la grave crisis de seguridad que atraviesa Santa Marta, ciudad que cerró el año 2024 con 206 homicidios y pese a la apertura de diálogos sociojurídicos con organizaciones paramilitares que operan en el área urbana y rural, se mantiene en el ranking de las 50 ciudades más violentas del Mundo.
Los masones explican que han interpuesto múltiples denuncias ante la Fiscalía y solicitado de manera reiterada el acompañamiento de las autoridades policiales y administrativas de Santa Marta, pero, la respuesta institucional ha sido inexistente, pese a que el patrimonio histórico y cultural que alberga el edificio está bajo amenaza constante.
El sector del Mercado Público donde se ubica la logia; señalan los afectados; se ha convertido en refugio de habitantes de calle y una zona de alto riesgo por la ausencia de presencia policial efectiva en horario nocturno. En ese sentido, advierten que “los delincuentes operan con total impunidad, sabiendo que prácticamente no habrá consecuencias por sus actos”.
Finalmente, ante el abandono estatal, los miembros de la Logia Masónica Luz de la Verdad han tomado medidas desesperadas: la instalación de cercas electrificadas para proteger tanto los equipos electrónicos que han sido nuevamente repuestos, así como las invaluables reliquias históricas que custodia el templo.



