El presidente Petro y las principales autoridades del Estado participaron en un acto convocado por la Iglesia Católica para rechazar la violencia y promover la reconciliación nacional.
En un gesto simbólico y trascendental, este lunes se celebró un encuentro en la Curia Arzobispal de Bogotá que reunió al presidente Gustavo Petro y a los más altos representantes de las instituciones del Estado. La cita, promovida por la Iglesia Católica, tuvo como propósito principal enviar un mensaje de unidad y compromiso frente a la creciente polarización política y los recientes episodios de violencia en el país.
Durante el acto, los asistentes firmaron un documento conjunto en el que se comprometieron a “escucharse, valorarse y respetarse en hermandad, a desarmar y armonizar la palabra, y a rechazar todo tipo de violencia como forma de resolver los conflictos políticos y sociales”.
El evento estuvo acompañado de momentos de oración, entre ellos una plegaria especial del cardenal Luis José Rueda por la vida del senador Miguel Uribe Turbay, quien fue víctima de un atentado la semana pasada. “Un milagro es un acto de amor de Dios que se realiza también a través de la ciencia médica”, expresó el cardenal.
Entre los asistentes estuvieron los presidentes de la Cámara de Representantes, la Corte Suprema de Justicia, la Corte Constitucional y el Consejo de Estado; la fiscal general Luz Adriana Camargo; la defensora del Pueblo, Iris Marín; el registrador Alexander Vega; y el procurador Gregorio Eljach, quien subrayó que el acuerdo busca “propiciar el diálogo y continuar promoviendo el encuentro de los colombianos”.
“No debe ser una actividad aislada. Este tipo de ejercicios deben replicarse en todo el país, incluyendo al sector empresarial y a la propia Iglesia”, agregó Eljach.
La convocatoria tuvo lugar en un contexto de creciente tensión, marcado por el atentado contra el senador Uribe Turbay y una serie de ataques violentos en el suroccidente del país. Desde la Conferencia Episcopal se insistió en la necesidad de llevar estas iniciativas de reconciliación a los territorios más afectados por la violencia, con el objetivo de restaurar la confianza entre los ciudadanos y las instituciones democráticas.