La congresista hizo una amplia exposición de las masacres, atentados y estrategias de exterminio de los grupos terroristas de extrema izquierda, como las FARC y el EPL, contra sindicalistas y desmovilizados. Recordó que actualmente las mal llamadas disidencias siguen el mismo plan con los guerrilleros que dejaron las armas.
En una acalorada sesión del Senado, la senadora María Fernanda Cabal, del Centro Democrático, ofreció una intervención contundente donde acusó a la izquierda de tergiversar la historia de Colombia y ocultar la responsabilidad de las guerrillas en las masacres que asolaron el país, en especial la región de Urabá. Respondió directamente a las declaraciones de una colega del Pacto Histórico, quien vinculó al Centro Democrático con los crímenes perpetrados en esa región.
La líder opositora, reconocida por sus posturas críticas contra el gobierno de Gustavo Petro y su oposición a las narrativas de la izquierda, inició su intervención señalando que «a la izquierda le gusta cambiar la historia y ocultar la realidad de los hechos». Con esta afirmación, puso sobre la mesa una serie de eventos trágicos que, según ella, demuestran la violencia cometida por las guerrillas, en particular las FARC y el EPL, contra los llamados «esperanzados», exguerrilleros del EPL que se desmovilizaron en los años noventa.
Las masacres en Urabá y la violencia entre guerrillas
Cabal recordó algunos de los episodios más violentos del conflicto armado colombiano, comenzando por la Masacre de Bajo del Oso, ocurrida el 20 de septiembre de 1995 en Apartadó, Antioquia.
En este hecho, miembros del Frente Quinto de las FARC asesinaron a 24 trabajadores de la finca Rancho Amelia, quienes fueron bajados de un bus y fusilados después de ser amarrados y vendados. Entre las víctimas había simpatizantes del sindicato Sintrainagro y miembros del partido político Esperanza Paz y Libertad (EPL), movimiento que surgió tras la desmovilización del EPL en 1991.
Este crimen, que conmocionó a la región, fue parte de una escalada de violencia dirigida por las FARC contra aquellos que habían optado por la desmovilización, a quienes consideraban traidores.
La senadora señaló que «las FARC asesinaron no solo a civiles, sino también a sindicalistas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Agroindustria Sintrainagro, mientras que el EPL hacía lo propio con los afiliados a Sintrabanano». La violencia interna entre guerrillas marcó profundamente la historia de Urabá y fue uno de los puntos claves en su intervención.
Otro ejemplo citado por Cabal fue el atentado conocido como la Volqueta Bomba en Apartadó el 27 de febrero de 1997, donde una explosión cerca del hotel El Pescador, lugar de hospedaje de los dirigentes del partido Esperanza Paz y Libertad, dejó un saldo devastador de destrucción.
Aunque no se registraron muertes directas entre los dirigentes en ese momento, Cabal subrayó que «el ataque fue un intento claro de exterminar a los esperanzados», una acusación que refuerza su argumento sobre la brutal persecución que sufrieron los exmiembros del EPL a manos de las FARC.
Las purgas internas y la desmovilización
La senadora también recordó la masacre de Osaka, en la que, en febrero de 1996, once obreros de una finca bananera fueron asesinados por guerrilleros del Frente Quinto de las FARC. Los responsables de esta masacre justificaron los crímenes alegando que las víctimas simpatizaban con el EPL, una razón que, según la senadora, demuestra la ferocidad de la lucha interna entre las facciones de izquierda que disputaban el control de la región.
Alias Karina, exjefe del Frente 47 de las FARC, fue señalada como la responsable directa de este ataque, y en sus confesiones reconoció que la guerrilla había apuntado específicamente a miembros o simpatizantes del movimiento político desmovilizado.
También mencionó la Masacre de Los Kunas, donde cerca de 30 miembros del Frente Quinto de las Farc, que posteriormente conformó el Bloque Iván Ríos, asesinaron a 16 personas en la finca Los Kunas del corregimiento de Zungo, en Carepa, Antioquia.
La guerrilla llegó a la finca buscando a miembros del movimiento político Esperanza, Paz y Libertad, EPL, y del grupo paramilitar Comandos Populares. Luego de retener a las víctimas, los subversivos los amarraron, los acostaron boca abajo y les dispararon.
En su intervención, Cabal no se limitó a los hechos del pasado, sino que también tocó temas actuales, como el proceso de paz y la situación de los desmovilizados de las FARC. «Los desmovilizados que románticamente llaman ‘firmantes de paz’ están siendo asesinados por las hoy llamadas disidencias de las FARC, que son la misma FARC, pero ahora todos están traqueteando, todos pelean», afirmó la senadora, en una crítica abierta a la continuidad del conflicto a pesar de los acuerdos firmados con el grupo guerrillero.
Cabal concluyó su intervención con una dura crítica a lo que ella considera un intento sistemático de la izquierda por manipular los hechos históricos. Afirmó que «las purgas internas que hacen los movimientos comunistas son porque se asesinan entre ellos», sugiriendo que esta dinámica se mantiene en la actualidad, con las disidencias de las FARC asesinando a excombatientes que firmaron el acuerdo de paz.
Esta declaración es parte de una serie de pronunciamientos de la senadora Cabal que buscan contrarrestar la narrativa promovida por el gobierno de Gustavo Petro y su coalición de izquierda, el Pacto Histórico. Para la congresista, es crucial que la historia no sea distorsionada para beneficiar intereses políticos y que se reconozca el rol que las guerrillas jugaron en las décadas de violencia que vivió el país.