El mánager de talento y productor de espectáculos se refirió a la actualidad del país. Habló del acuerdo de tierras y de las negociones con el ELN.
Fernán Martínez se refirió a diversos temas, incluyendo el proceso de negociación que se adelanta con el Ejército de Liberación Nacional, las amenazas contra el fiscal general y la senadora María Fernanda Cabal, así como su perspectiva sobre el acuerdo de tierras.
Destacó la participación del presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, la calificó como una forma de ampliar la mesa de negociación a todos los sectores.
Martínez señaló también que el ELN muestra voluntad en las conversaciones, aunque considera que el precio de lo que se está negociando es muy alto.
“El ELN es muy complejo y va a pedir más que las FARC, al final se firmará un acuerdo desequilibrado y muy frágil pero lo importante es firmar lo que sea”, indicó.
Es optimista con las conversaciones que se adelanta, señaló que el cese al fuego es importante y necesario, si llegara a lograrse.
“Ha habido muchos intentos en gobiernos anteriores, pero al final se ha roto”.
Para el mánager las amenazas que se conocen en Colombia, deben ser tomadas en serio, vengan de donde vengan.
“Solo le pido a las autoridades investigar estos hechos, y al Gobierno garantizar todas las medidas de protección para todas personas amenazadas por el ELN”, comentó.
Acuerdo
Destacó que el gobierno tiene una buena intención al querer entregar tierra a los campesinos, pero carece de todas las garantías para cumplirles.
“Tiene buenas intenciones el discurso, pero no tiene el mecanismo, ni la estrategia, ni los funcionarios para llegarles a los campesinos reales, ni los recursos para cumplirles”.
Reiteró que el reto es lograr que los campesinos produzcan y sean sostenibles. La agricultura trae consigo riesgos que deben saber enfrentarse como son los cambios de climas, plagas, entre otros.
“Si el gobierno logra adquirir la tierra, escoger los beneficiarios y financiarlos para que construyan sus casas y puedan poner a producir esa tierra, es otra tarea muy costosa y compleja. Una familia campesina se demora unos cinco años en trasladarse, instalarse y poner a producir”, puntualizó Martínez.