Las amenazas develadas contra el fiscal, el general Zapateiro y mi esposa, María Fernanda Cabal, son un riesgo para los amenazados y sus familias, pero son, sobre todo, atentados contra la paz: Lafaurie

– El presidente ejecutivo de Fedegán e integrante del equipo negociador de paz con el ELN, José Félix Lafaurie Rivera, planteó sus hipótesis sobre los planes que, al parecer, esa guerrilla tiene para atentar contra personajes de la vida pública, incluyendo a la senadora Cabal.

– En cualquier caso -indicó en su columna titulada “Atentados contra… la paz”-, el “Mecanismo de Monitoreo y Verificación se estrena con una prueba de fuego, pues deberá evaluar la situación con apoyo de las autoridades y emitir su pronunciamiento a través de la ONU”.

Descartar que la delegación del ELN tenga conocimiento de los planes terroristas para atentar contra el fiscal general de la Nación, el general (r) Zapateiro y su esposa la senadora María Fernanda Cabal; ausencia de control sobre las unidades armadas en los territorios y en Venezuela, que se convierte en una amenaza de incumplimientos del cese al fuego; o terceros malintencionados que quieren boicotear la paz.

Estas son las tres hipótesis que planteó en su más reciente columna de opinión el presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) e integrante de la mesa negociadora de paz con el ELN, José Félix Lafaurie Rivera, al referirse a las amenazas que revelaron los medios de comunicación la semana pasada contra personajes de la vida pública y que incluyeron a su cónyuge.

“Las amenazas actuales, como las develadas contra el fiscal, el general Zapateiro y mi esposa, María Fernanda Cabal, son un riesgo latente para los amenazados y sus familias, pero son, sobre todo, atentados contra… la paz”, indicó el alto ejecutivo en su escrito semanal titulado “Atentados contra… la paz” y publicado en los principales diarios del país.

La verdadera paz es una construcción permanente y colectiva

El dirigente gremial reiteró que la paz no se negocia ni se firma. “Las negociaciones señalan compromisos, pero la verdadera paz, a partir del silencio de las armas, es una construcción permanente y colectiva, bajo el imperio de la Ley como base de la convivencia y sustento del Estado de Derecho. La paz, así entendida, es lo que nos caracteriza como sociedad civilizada”.

Por esto, manifestó que no resulta consecuente, en principio, que un grupo que negocia la paz, al mismo tiempo planee atentados orientados al exterminio de enemigos políticos y al amedrentamiento social.

“Desde fuentes oficiales se divulgó la presunta responsabilidad del ELN, sobre lo cual tengo mi propia percepción como miembro de la comisión gubernamental y ciudadano afectado en su entorno familiar”, anotó.

Y a renglón seguido planteó sus tres hipótesis sobre los peligrosos planes revelados por los medios de comunicación:

Primero: “quiero creer” -ya lo dije el 3 de agosto- en el compromiso del ELN con el cese, y por eso prefiero descartar que la delegación del ELN o sus líderes tuvieran conocimiento, con lo que incurrirían en perfidia o “deslealtad o maldad extrema”, y en mi caso personal, en perfidia agravada, pues yo quedaría en la posición “surrealista” de negociar desprevenido con quienes quieren asesinar a ¡mi esposa!

Segundo: si los líderes del ELN no tenían conocimiento, estaríamos ante una ausencia de control sobre las unidades armadas en los territorios y en Venezuela, lo cual es una amenaza latente de incumplimientos al cese por cuenta de frentes de guerra disidentes. Esa película ya la vivimos con el atentado a la Escuela General Santander.

Última hipótesis: que terceros malintencionados a quienes la paz no les conviene, para proteger sus rentas ilícitas intenten boicotear un proceso con vocación de locomotora del programa de paz del Gobierno.

“Quiero seguir creyendo”

Lafaurie Rivera expresó que debido a estas denuncias, el Mecanismo de Monitoreo y Verificación se estrena con una prueba de fuego, pues deberá evaluar la situación con apoyo de las autoridades y emitir su pronunciamiento a través de la ONU.

En cuanto a mí concierne, sostuvo, “esperar ese pronunciamiento es mi compromiso con la Mesa, de la cual hago parte de buena fe, sin renunciar a mis convicciones sobre la Ley y el Orden como garantías de libertad y sustento de la civilidad, convicciones que comparto con María Fernanda”.

Y concluyó: Solo en ese contexto, y hasta donde la fe me alcance, “quiero seguir creyendo” en la validez de un proceso que conduzca a un Gran Acuerdo Nacional y a la paz de Colombia.

Puede leer la columna completa en este enlace:

https://www.contextoganadero.com/columna/atentados-contra-la-paz