Lafaurie se fue con todo contra el ELN: lo que han hecho es demencial y dominan a las comunidades

En dos escritos, su habitual columna y una entrevista concedida a la Revista Semana, el presidente ejecutivo de Fedegán y negociador de paz hizo duros pronunciamientos sobre el grupo guerrillero a propósito de los últimos hechos terroristas que han cometido contra la ciudadanía, la infraestructura y la Fuerza Pública.

“¿Si a usted le piden opinar con un arma en su espalda, qué opinión dará? ¿La suya o la de quien lo intimida?”. Con este mordaz interrogante inició su más reciente columna de opinión José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegán e integrante del equipo negociador del gobierno con el ELN.

Ese interrogante tiene destinatario. La dirección de este cañonazo apunta al grupo terrorista Ejército de Liberación Nacional (ELN) que durante los diálogos con el gobierno Petro se ha mostrado interesado en que la “sociedad” participe en las negociaciones, pero en la práctica ha venido fortaleciendo la dominación de sus frentes ante las comunidades.

“Para el ELN, la participación de la sociedad es medular en las negociaciones y, por ello, en la ronda de Cuba avanzaremos en protocolos de participación de las comunidades en los territorios, para que las decisiones de la Mesa respondan a necesidades sentidas. Sin embargo, es claro que el problema no es procedimental, sino de la posibilidad real de participar en el entorno de dominación que viven algunas comunidades”, dijo el alto ejecutivo.

Lafaurie estimó que ese grupo terrorista hoy puede tener unos 5000 efectivos, entre combatientes y milicianos en Colombia y también en Venezuela, retaguardia de sus actos terroristas en dos de sus principales zonas de influencia: El Catatumbo en Norte de Santander, y Arauca, donde sus principales actividades han sido la destrucción de la infraestructura petrolera desde siempre y, más recientemente, el narcotráfico y el control del contrabando fronterizo.

Participación vs. dominación

“En Nariño, otro de sus enclaves, ha ejercido en el oleoducto Transandino su ‘especialidad’ destructora, en tanto que en Chocó controla la minería ilegal con grave impacto ambiental. En Cauca, la especialidad es la agitación violenta de los indígenas en su anacrónica lucha por ‘la liberación de la madre tierra’, que, según ellos, les pertenece toda desde antes de llegar Belalcázar por esos lares en el siglo XVI”, agregó.

Para el integrante de la Mesa de diálogos, además de esas especialidades regionales, en todas sus zonas de influencia –léase “de dominación”– el narcotráfico es factor común, como lo es para todos los grupos ilegales, sumado a la extorsión y el secuestro, no solo para consolidar ingresos y ejercer “control territorial”, necesario para proteger sus rentas ilícitas, sino para algo más importante, su objetivo central: la dominación económica, social, cultural y política de esas poblaciones.

“Allí, donde el Estado es precario, ellos pretenden suplantar al Estado; ellos gobiernan a los gobernantes locales bajo una modalidad de corrupción forzada –“recibes o mueres”–; ellos contratan, ellos nombran. Allí, donde la ley es ausencia, ellos son la ley y son también la justicia; dirimen querellas, castigan y perdonan a su arbitrio. Allí, donde educar es hazaña, ellos ideologizan, abrazan niños y los dejan acariciar sus fusiles y sus odios. Allí, donde la mata de coca es poder político, ellos deciden por qué, cuándo, cómo y contra quién protestar. Allí son ellos, que no el ciudadano en su libre albedrío, quienes deciden por quién votar”, manifestó Lafaurie Rivera.

Y terminó su columna con este interrogante: “¿es posible participar libremente en ese entorno de dominación? La verdadera participación exige desconectar previamente a las comunidades de esos factores de dominación, lo cual solo se puede lograr con el cese de hostilidades, regional y controlado. Si no es así, quien participa es el mismo ELN en cuerpo ajeno”.

Puede leer toda la columna en este enlace: https://bit.ly/3LilOEW

Lógica del terror

Por otra parte, en una entrevista que concedió el dirigente gremial a la Revista Semana afirmó, con respecto a la arremetida terrorista del ELN, que una cosa ha sido la mesa y otra la respuesta del ELN al país. En vez de enviar mensajes que les permitan a los ciudadanos pensar que un acuerdo es posible, el mensaje es el mismo que ha tenido esa guerrilla a lo largo de la historia: la lógica del terror. Esta nueva ronda de Cuba será definitiva. Se conocerá si el ánimo del ELN es fortalecerse o, por el contrario, dejar las armas. Si eso no es así, será muy difícil.

Sobre el ambiente que se siente frente a ese grupo alzado en armas, José Félix Lafaurie expresó que lo que han venido haciendo es demencial. “Eso no le trae nada bueno al país. Ellos sostienen en sus comunicados que hay unidad de mando, pero lo que he sentido en la mesa no es lo que ha dicho Antonio García en Twitter. Mucho menos lo que termina por pasar en zonas donde esa guerrilla domina el entorno. Tiene que haber unidad de mensajes para hacer creíbles los diálogos”.

El integrante de la mesa de diálogo con el ELN se mostró realista y añadió que no se pueden tener ilusiones vanas. “Hay que entender la responsabilidad como negociador. He sido muy propositivo y en cada oportunidad he tratado de buscar los escenarios que permitan construir espacios de concertación. Pero con la violación del derecho internacional humanitario no se puede simplemente pasar la página como si nada hubiera pasado. Murieron diez soldados, jóvenes de 19, 20 años, que cuidaban un oleoducto. Es un acto terrorista. No es un tema menor, es de fondo. Hay que asumir esto con realismo y decir las cosas”.

¿Sin unidad de mando?

Expresó que en Cuba analizarán la participación de la sociedad civil y hay diferencias frente a lo que ocurrió con las Farc. Para ellos, la tierra era el elemento central, pero no para el ELN, cuyo tema principal es la sociedad civil y la construcción de democracia. “Entonces me pregunto: ¿la sociedad civil podrá participar de un diálogo sincero y abierto sobre la posibilidad de ese nuevo país? Para convocar a las comunidades, necesariamente, tienen que cesar las hostilidades. No puede haber hombres en armas mientras la comunidad delibera”.

El presidente ejecutivo de Fedegán se refirió a la trilogía que se presenta en el ELN: en la mesa el manejo ha sido tranquilo y respetuoso, contrario a lo que pasa con los trinos de García o las acciones en los territorios por parte de los diferentes frentes de guerra. Eso ha llevado a los medios y a algunos dirigentes a considerar que no hay unidad de mando en esa guerrilla.

“Soy la voz de colombianos escépticos, no enemigos de la paz. Aquí estoy y me he comprometido a ser propositivo. No estoy para ver cómo entorpezco los diálogos. Todo lo contrario. Eso significa que tengo la obligación de decir lo que pienso y de forma oportuna porque de nada sirve cuando las cosas pasan y están consumadas”, agregó.

Toda la entrevista aquí: https://bit.ly/3GZ4ylD