La verdadera paz no se firma ni se negocia, se construye a diario, entre todos: Lafaurie

El dirigente gremial, quien también hace parte de la mesa de diálogo con el ELN, tomó la palabra en la instalación del Comité de Participación Ciudadana e iniciación del cese al fuego bilateral, nacional y temporal entre el gobierno de Colombia y la guerrilla. En su intervención pidió a Petro la puesta en marcha de un programa piloto en el Catatumbo para ensayar las dinámicas que se implementarán en distintas zonas del país con la reforma rural integral. 

José Félix Lafaurie Rivera es conocido de la opinión pública colombiana no solo por su importante papel como dirigente gremial, sino también, por la contundencia de sus artículos periodísticos, los cuales se publican semanalmente, desde hace casi 40 años en más de 20 medios de comunicación de todo el país.

Hoy, su nombre figura en uno de los proyectos más importantes del presidente Gustavo Petro: la mesa de negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). A pesar de estar en una orilla ideológica opuesta, para enojo de sus malquerientes, el líder ganadero ha sido más un dinamizador del proceso de paz que un palo en la rueda.

Este papel determinante ha sido reconocido muchas veces por el mismo presidente Gustavo Petro: «Se trata de acordar entre todos. Por eso en esta Comisión está Lafaurie (@jflafaurie) y en otra Valencia Cossio (Fabio Valencia Cossio) es no solamente por el individuo, es convocando a todas las fuerzas políticas de la sociedad colombiana a ayudar a forjar el Acuerdo Nacional y a volverlo realidad».

Es tan importante su figura al interior del equipo negociador, que fue uno de los oradores en el marco de la instalación del Comité de Participación Ciudadana que marca el inicio del cese al fuego bilateral y al cuarto ciclo del proceso, el cual avanza, a pesar de los desfases del ELN, a un buen ritmo.

Momento histórico para el país

En su discurso, el dirigente gremial destacó la importancia de este momento histórico para el país, porque es la primera vez en muchos años que el grupo armado y la delegación del gobierno avanzan en tantos de los puntos propuestos en la agenda de discusión, no obstante, reconoció los momentos de crisis que con suficiencia han sabido sortear para llegar hasta este punto.

“Estamos aquí hoy, en un momento clave para la historia del país, pero lo será aún más o de verdad lo será, si dentro de 180 días estamos reunidos nuevamente para prorrogar el Acuerdo de Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal que hoy inicia en todo el territorio. No ha sido fácil. Para llegar hasta aquí hemos firmado 11 acuerdos y nueve protocolos de cese al fuego; pero la paz no se mide por firmas sino por resultados; la paz será el silencio de las armas y, sobre todo, las transformaciones que emprendamos cuando callen los fusiles”, dijo Lafaurie.

En el mensaje que frente a todos los asistentes al evento envió el líder ganadero, hizo énfasis en lo que representa en términos simbólicos y concretos para la ciudadanía la deposición, así sea momentánea de las armas y los ejercicios militares que durante más 50 años han provocado terror, muerte y zozobra en todo el país, especialmente en las áreas donde esta guerrilla ejerce control territorial y político.

La paz se construye a diario

“Se puede firmar el cese de la violencia y mil acuerdos más para marcar caminos hacia la paz; pero la verdadera paz no se firma ni se negocia, se construye a diario, entre todos, porque es un asunto de todos. Por ello, el corazón de los diálogos es la participación de la sociedad en la construcción de la paz, que legitima el proceso, porque no es apenas una graciosa concesión de la Mesa, sino un deber ciudadano y un derecho fundamental de 50 millones de compatriotas”, aseguró el presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos.

Más adelante, destacó que el cumplimiento efectivo del cese al fuego es un compromiso adquirido con la totalidad del pueblo colombiano y no con los integrantes de una delegación, en ese mismo sentido, aseguró que será precisamente ante esos 50 millones de ciudadanos que deberá rendir cuenta el ELN en 180 días que termine la fase recién iniciada, que sin duda, es un gran avance en la consecución de la paz y una primera muestra de voluntad real de llegar a un acuerdo. 

Lafaurie, aunque festejó este primer avance, tiene claro que la sociedad colombiana es más bien escéptica frente a lo que pueda pasar en realidad con el proceso, porque han sido muchas las veces que estas negociaciones han fracasado por cuenta del narcotráfico y los embates de la violencia tanto en las zonas rurales como en las ciudades.

“Enorme la responsabilidad de devolverle a Colombia la fe perdida, pues la nuestra es una historia de aplazamiento continuo de lo fundamental, para enfrentar una violencia endémica, multicausal y multiforme. Aun así, pese a nosotros mismos, tengo fe en el futuro de Colombia. Mas no la fe del carbonero, sino la que exige el compromiso de todos, para que hoy sea un día histórico y no el comienzo de otra frustración”, apremió a los negociadores de una y otra delegación.

Recuperación del campo y potencia agroalimentaria

A pesar de las críticas que ha hecho a la actitud del ELN en el pasado, aseguró que cree en el compromiso que adquirieron con el país porque desde el inicio de los diálogos ha dejado claro que cumplen todo lo que firman, además, vaticinó un futuro dinámico para el campo, espacio en el que ha desarrollado su carrera, primero como dirigente gremial y luego como empresario, si se quiere.

“Creo si, en el compromiso del Gobierno con dos convicciones en las que, en medio de grandes diferencias, coincidimos plenamente: la primera, que la paz pasa por la recuperación del campo; y la segunda, que Colombia tiene condiciones para convertirse en potencia agroalimentaria. Son dos convicciones ligadas estrechamente, pues la enorme oportunidad de alimentar al mundo y repensar el desarrollo alrededor del campo, exige las transformaciones sustanciales en los territorios, la recuperación del campo como factor de cambio y condición de paz”, comentó el reconocido líder ganadero.

En ese mismo sentido, ratificó la voluntad del gremio que dirige en la oferta y venta de tres millones de hectáreas de tierra que permitan la puesta en marcha de la reforma rural integral, uno de los pilares del programa de gobierno de Gustavo Petro.

“Cumpliremos nuestro compromiso, el de Fedegán con la Reforma Rural Integral, promesa de valor de su campaña y elemento central de su programa de gobierno. Este proceso tiene además el compromiso de mandarle a la sociedad el mensaje positivo del ‘sí se puede’, el mensaje claro de que la fuerza y la ‘lógica del terror’ no van más, y que es mejor el ‘efecto demostración’ de las transformaciones en el territorio, para convencer a Colombia de una paz posible a partir de mejores condiciones para los 14 millones de compatriotas que viven en el campo”, afirmó Lafaurie Rivera.

Programa piloto en Catatumbo

De la misma manera, solicitó al presidente Petro la ejecución de un programa piloto que pueda replicarse en muchas de las zonas abandonadas del país donde la única actividad económica que realizan los colombianos es el narcotráfico. Para ello sugirió que se hiciera en la región del Catatumbo.

“Concentremos allí la presencia y los recursos del Estado, y en un entorno de cese al fuego, llevemos seguridad, bienes públicos e inversión privada con incentivos tributarios, que la calamidad pública del abandono de esos territorios bien lo merece. Cuando Colombia vea los resultados del desarrollo integral, y la coca empiece a ser desplazada por el reverdecer de la producción agropecuaria, las demás regiones tomarán la iniciativa de potenciar sus propias transformaciones con el apoyo del Estado y del sector privado”, invitó el alto ejecutivo.

Esta iniciativa, según Lafaurie, permitirá de cara al futuro, desincentivar el mercado de drogas mucho más adictivas, peligrosas para la salud humana, y más baratas en términos de producción.

Finalmente, dejó ver su positivismo frente a los avances que hasta ahora se han logrado en la mesa de negociaciones, los cuales, son una muestra inequívoca de que el proceso avanza, a pesar de todo, a un buen ritmo.

“Yo tengo fe en Colombia. Hoy no es su primer día de paz; no vale la pena engañar al país y al mundo con anuncios grandilocuentes y promesas vanas, pero hoy sí es un día de enorme importancia para empezar a construir una posibilidad real de tener un mejor país. Hago votos por que volvamos a encontrarnos en seis meses. El mejor acuerdo humanitario es el cumplimiento riguroso del Cese al Fuego. De ser así, una paz posible se estará asomando en el horizonte de la patria”, puntualizó el presidente ejecutivo de Fedegán.