El presidente ejecutivo de Fedegán ha sido uno de los más acérrimos defensores de este mecanismo, pues considera que es la única forma de blindar jurídicamente los terrenos adjudicados, evitando así los errores que en el pasado cometieron agencias del Estado como el Incora.
También ha difundido en columnas de opinión y entrevistas la idea de que la adjudicación debe tener muchos más elementos que permitan al campesino hacer verdaderamente rentable y productivo el terreno.
Recientemente, en una de sus acostumbrados artículos de fin de semana, al referirse a los yerros en pasadas iniciativas de este tipo y los elementos que debería contener la Reforma Agraria de Petro, escribió: “La corrupción fue uno de esos errores, pero el más importante fue la falta de integralidad, limitando la reforma a la entrega de parcelas que terminaron vendidas, despojadas o en manos de campesinos pobres sin tierra, que pasaron a ser campesinos con tierra, pero igualmente pobres. [La adjudicación tiene que estar] acompañada de las condiciones que la hacen productiva (vías, energía, agua, asistencia técnica, crédito, etc.). Lo contrario es la profundización del minifundio y la pobreza rural”.
En este mismo sentido fueron las reflexiones de Rudolf Hommes, quien también ha estado bastante activo en medios de comunicación y redes sociales analizando el asunto y ofreciendo opiniones para enriquecer el debate. De acuerdo con el exministro de Hacienda el proceso de adjudicación de tierras tiene que darle prioridad al componente técnico y de asistencia al campesinado.
“Eso [compra y adjudicación de tierras] no es así automático como soplar y hacer botellas, el Gobierno tiene que organizarse, tiene que conocer qué predios va a comprar, qué va a hacer con ellos, tiene que crear una institución para ayudar a los campesinos, en todo, en cosechar, en comercializar, a financiarse, eso se llama Extensión Agropecuaria. Muchos de los problemas con el ejercicio de reforma agraria en el pasado es que le entregan a la persona, que no tiene mucho conocimiento, un predio grande, y no tiene capital para hacerlo producir, eso es lo que tenemos que resolver”, comentó Rudolf Hommes
Lo primero que reveló como novedad sobre esto, la jefe de la cartera de Agricultura, fue que la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra) tiene bastante avanzada la ubicación de los predios a adquirir atendiendo básicamente a su calidad y aptitud para la agricultura. “La Upra tiene unos mapas que les recomiendo, muy claros que identifican en cualquier parte del país qué tierra es productiva, qué tierra no es productiva, pero además qué tipo de producción recomienda, lo que tiene la Upra es por región, lo que está tratando de hacer es por territorio para que nos quede más fácil, ahí hay dos productos de esa decisión”, anotó Cecilia López.
Después, como primicia indicó que se tienen bastante adelantados algunos procesos de compra en zonas específicas del país y que se están llevando a cabo reuniones con los propietarios de esos bienes para estudiar la factibilidad de la compra y los planes de inversión que deben implementarse para cumplir con la exigencia de integralidad.
“Como esto va ir acompañado de paquetes de proyectos productivos, es evidente que estos mapas nos van a decir cuáles son las zonas productivas, el Igac y la Upra definen esos máximos y mínimos y el segundo paso es en el que estamos trabajando en las zonas donde ya se va a comprar, estamos llamando a una mesa con los ganaderos y con quienes ofrezcan, yo creo que ese escenario será en la región Caribe y el Magdalena medio dentro de la frontera agrícola que no es tan costoso para cultivar”, pormenorizó López Montaño.
Acorde con las exigencias de esta iniciativa a gran escala y en atención a que no cuenta el Ministerio de Agricultura con el personal idóneo para adelantar esos estudios, proyectan contratar expertos internacionales. “Vamos a traer asesores de Corea para ver qué tanto podemos simplificar el catastro para aplicarlo en las zonas donde se va a comprar, no podemos ignorar la dinámica natural del catastro y ahí se define el precio y se inicia la negociación de compra”, aseguró la Alta funcionaria.
Finalmente, envió un parte de tranquilidad, pues todos los movimientos que ha ejecutado el Ministerio de Agricultura en torno a la Reforma Rural Integral están enmarcados en las peticiones y proyecciones de los más connotados opinadores y analistas del devenir político colombiano.
“Yo llegué a una conclusión, yo no quiero que la Reforma Agraria sea una trampa de pobreza, es decir que deje a la gente encerrada en la pobreza, ese es un error de la política social por ejemplo de la que ha hecho Colombia, es un requisito en la política de los Estados Unidos, la política social tiene que ser un estímulo para que la gente trabaje y produzca, esa es la misión de la Reforma Agraria, asegurarnos que quien reciba la tierra la trabaje y produzca, no para mantener un estatu quo de pobres”, puntualizó Cecilia López.