La situación de seguridad en el suroccidente se deterioró drásticamente; así ve a Colombia el International Crisis Group

La violencia en regiones como el Cauca incrementó de manera exponencial en medio de ataques de grupos armados contra objetivos estatales y enfrentamientos entre células de las FARC.

El International Crisis Group publicó un informe alarmante sobre la situación de violencia en Colombia, enfocándose en la actividad de grupos al margen de la ley que continúan siendo una amenaza significativa para la estabilidad y la seguridad en diversas regiones del país, especialmente en el suroccidente.

Según el reporte, que analizó la situación de orden público del país durante el mes de mayo, la violencia ejercida por las FARC se intensificó a lo largo de la costa del Pacífico colombiano; regiones como el departamento del Cauca han experimentado un recrudecimiento alarmante de la violencia, con impactos devastadores para las comunidades locales.

“Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y el grupo disidente de las FARC, conocido como EMC, se aceleraron a lo largo de la costa del Pacífico, dejando decenas de muertos”, dice el estudio que relaciona atentados puntuales cometidos por esta guerrilla como el ataque a la estación de Policía en Morales (Cauca), la explosión de una motobomba en Jamundí (Valle del Cauca) y enfrentamientos entre los frentes 57 y Dagoberto Ramos, en zona rural del municipio de Toribío (Cauca).

Violencia desbordada

El panorama se tornó aún más preocupante debido a que se advirtió la expansión del Estado Mayor Central de las FARC a los departamentos de Tolima y Quindío que antes estaban en calma.

La radiografía que hizo el International Crisis Group sobre la violencia en Colombia destaca que, además de las FARC, el ELN y el Ejército Gaitanista de Colombia están compitiendo por el control territorial en esta zona estratégica del país, utilizando métodos violentos como asesinatos selectivos, enfrentamientos armados y desplazamientos forzados. Esta situación ha generado un clima de temor constante entre la población civil, afectando profundamente su seguridad y bienestar.

“Los esfuerzos de paz con el ELN tuvieron dificultades cuando el grupo chocó con grupos rivales (…). El acuerdo generó un cauto optimismo en un momento tenso de las negociaciones”.

El análisis hizo referencia al anuncio del ELN de reiniciar los secuestros para pedir rescate, mientras se intensificaban los enfrentamientos con otros grupos armados.

“La insurgencia enfrentó la presión del Ejército Gaitanista de Colombia en Bolívar, uno de los bastiones mineros de oro del ELN, y el 14 de mayo la ONU informó de importantes daños civiles debido a los enfrentamientos”.

El Ejército Gaitanista de Colombia también ha hecho su parte para ahondar la crisis de seguridad en el país. En su afán de controlar las rutas del narcotráfico, desde el Caribe hacia Venezuela, se tomó

las montañas de Sierra Nevada, ocasionando el confinamiento de 300 miembros de la población étnica wiwa.

Seducción y violencia

El International Crisis Group (ICG) viene haciendo un seguimiento de conflictos en todo el mundo desde el año pasado y, según los reportes sobre Colombia, la situación ha venido empeorando en los últimos meses.

Recientemente, el presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie Rivera, se refirió a una reunión llevada a cabo en la Embajada de Irlanda en Colombia en donde el ICG reveló que “amplias zonas del país, donde vive casi el 15% de la población, no están efectivamente administradas por el Estado, sino que subsisten bajo el dominio de grupos armados criminales” que, a partir del abandono estatal, controlan territorios con una combinación de “seducción y violencia”.

El dirigente gremial expresó lo que el ICG les compartió: “inicialmente apoyan obras públicas, dan mercados, regalos a los niños y empleo en sus “empresas ilícitas”, además de administrar justicia; pero luego reclutan informantes y cooptan las Juntas de Acción Comunal, en una “estrategia del miedo”, que incluye reclutamiento y abuso de menores, exterminio de “indeseables”, líderes sociales y colaboracionistas del ejército o de otros grupos armados, con los que luchan por el control territorial generando confinamiento y desplazamiento.

Añadió que para el International Crisis Group, hay dos grupos vulnerables que son blanco preferido: las comunidades étnicas, por ser propietarias colectivas, “de cerca de un tercio del territorio colombiano, incluidas zonas ricas en minerales y con rutas de transporte fluvial”; y las Juntas de Acción Comunal, por su influencia en las comunidades y su capacidad de contratación.

Lea acá el informe completo:https://www.crisisgroup.org/crisiswatch/database?location[]=76&created=