La senadora María Fernanda Cabal arremete contra el presidente Gustavo Petro y revive las cifras que demuestran el fracaso de su política de “paz total”, que ha derivado en más coca, más violencia y más impunidad para los grupos armados.
Con un tono directo, sin rodeos y con cifras en mano, la senadora María Fernanda Cabal lanzó una fuerte denuncia contra el gobierno del presidente Gustavo Petro, al que responsabiliza de haber entregado el país a las mafias del narcotráfico bajo el disfraz de un discurso de paz. Según Cabal, tanto la administración actual como la del expresidente Juan Manuel Santos han sido los periodos de mayor expansión del narcotráfico en la historia reciente de Colombia.
«Entre Santos, las FARC, Petro y el ELN llenaron el país de coca», afirmó la senadora. Para sustentar su denuncia, señaló que los periodos 2010-2018 y 2022-2025 coinciden con incrementos alarmantes en los cultivos de hoja de coca y la producción de cocaína. “Ambos gobiernos se escudaron en supuestos acuerdos de paz que en realidad abrieron la puerta a más violencia, más coca y más impunidad”, aseguró.
Y es que los datos son contundentes: según las cifras oficiales, en 2022 —durante el gobierno anterior— se erradicaron 33.454 hectáreas de coca entre enero y mayo. En ese mismo periodo de 2023, ya bajo el gobierno de Gustavo Petro, apenas se erradicaron 1.843 hectáreas. “Eso es lo que Petro llama paz. En realidad, es el fortalecimiento del narcotráfico. Mientras finge su lucha contra las drogas, pide a gritos la legalización”, denunció Cabal.
La senadora también citó los datos del último informe mundial de la ONU sobre drogas, que revela que los cultivos de hoja de coca han superado las 376.000 hectáreas a nivel global, de las cuales el 67% —aproximadamente 253.000 hectáreas— se encuentran en Colombia. En comparación, Perú tiene el 25% y Bolivia el 8%. Este liderazgo en la producción de coca no es casualidad, insiste Cabal, sino consecuencia directa de las decisiones políticas de Petro y su llamado proyecto de “paz cocal”.
“La propuesta de legalización de las drogas de Petro ha sido una invitación abierta a los grupos terroristas para expandir su poder y su economía ilícita. El presidente no está combatiendo el narcotráfico, está permitiéndole que florezca mientras vende a los colombianos la mentira de la paz total”, afirmó.
La senadora fue más allá al denunciar que este fenómeno no es un descuido ni una simple falla administrativa, sino una decisión consciente de entregar el territorio a las mafias. “La verdadera paz no se logra abrazando terroristas ni negociando con los carteles. La verdadera paz se impone con sentido común, con la fuerza legítima del Estado y con un combate frontal y sin concesiones al narcotráfico”, sentenció.
Además, advirtió que el silencio cómplice del gobierno ante las masacres, tomas de poblaciones, secuestros y homicidios cometidos por las disidencias y estructuras criminales solo demuestra una cosa: o es un gobierno cobarde o es un gobierno complaciente. “Lo que estamos viviendo no es paz, es el reino de la coca. Es la claudicación del Estado ante el crimen”, afirmó con dureza.
Cabal también recordó que los pactos de paz de Santos con las FARC dejaron sembrado un escenario fértil para el crecimiento del narcotráfico. “Lo advertimos entonces y lo seguimos diciendo ahora: desmovilizar a un grupo armado sin garantías reales de justicia, sin desmonte de economías ilícitas y sin presencia estatal efectiva, fue simplemente legalizar a los capos del narcotráfico”, indicó.
En contraste con la propaganda gubernamental que insiste en que la “paz total” es la única salida, Cabal propone una visión distinta: recuperar la autoridad, devolverle al Estado el control del territorio y restaurar la confianza de los ciudadanos en la justicia y la seguridad. “No hay paz sin ley, no hay reconciliación sin justicia, no hay futuro si seguimos premiando al criminal”, concluyó.
Con estas declaraciones, la senadora María Fernanda Cabal deja en claro que no está dispuesta a callar frente a lo que considera una traición al país. Mientras el gobierno Petro insiste en el diálogo con los grupos armados, el país se sumerge en una nueva etapa de expansión del narcotráfico, violencia e impunidad que, según Cabal, no tiene otro nombre que “la paz cocal”.