La izquierda iberoamericana escenifica autogolpe en Bolivia para victimizarse y legitimarse en el poder

El autogolpe en La Paz, Bolivia, ocurre justo antes de una reunión del Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla en Tegucigalpa. Este evento ha provocado una fuerte oposición por parte de los ciudadanos hondureños.

El Foro Madrid emitió un comunicado en el que señaló que, en un giro sorprendente, el general Juan José Zúñiga reveló haber ejecutado un autogolpe militar bajo órdenes del presidente boliviano Luis Arce, con el objetivo de aumentar su popularidad en medio de una crisis de legitimidad.

Este acto ocurrió en La Paz justo antes de una reunión del Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla en Tegucigalpa, Honduras, evento que ha generado un amplio rechazo entre los hondureños.

La maniobra política en Bolivia ha desatado una respuesta coordinada de la izquierda regional, que condena enérgicamente lo que califican como un «golpe de estado de la ultraderecha».

Este intento busca, según analistas, victimizarse ante los crecientes problemas que enfrentan sus líderes en toda la región y las proyectadas derrotas electorales, comenzando por las elecciones del próximo año en Bolivia.

Desde la asunción de Arce en 2020, el régimen masista ha seguido la senda de países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, intensificando la represión contra la oposición, fomentando la violencia y erosionando las instituciones democráticas.

Los críticos del régimen exigen que Arce y Evo Morales respondan ante la justicia por orquestar este espectáculo político, así como por otros actos cuestionables durante su mandato.

Actualmente, más de 185 presos políticos, incluidos la expresidenta Jeanine Áñez y el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, permanecen detenidos de manera injusta, ilegal e inhumana, según denuncias.

Se anticipa que los próximos meses sean decisivos para el futuro político de Bolivia, con un enfoque renovado en la defensa de la democracia y el estado de derecho en la región.