Aunque se mantiene por debajo del máximo registrado en 2020, la composición revela una creciente dependencia de los mercados internacionales, pues más de la mitad del endeudamiento público está en bonos. El sector privado también amplió su apalancamiento, especialmente en manufacturas, transporte y actividades financieras.
La deuda externa colombiana cerró septiembre de 2025 en US$211.584 millones, cifra equivalente al 48,6 % del PIB, de acuerdo con el Boletín de Deuda Externa del Banco de la República. El informe señala que “al término de enero-septiembre de 2025, el saldo de la deuda externa de Colombia alcanzó US$211.584 millones (48,6% del PIB), aumentando US$9.879 millones respecto a diciembre de 2024”.
Esta variación sugiere un punto de estabilización del indicador, aunque todavía supera los niveles previos a la pandemia. Además de la magnitud del saldo, la estructura por plazos marcó una tendencia clara hacia obligaciones extendidas. El documento destaca que “el 84% de este monto corresponde a pasivos con vencimiento original mayor a un año y el 16% a créditos con vencimiento igual o menor a un año”. Gracias a esta distribución, las presiones inmediatas de liquidez disminuyen, aunque la exposición a tasas internacionales de largo plazo aumenta de manera proporcional.
En cuanto a sectores, la composición mantuvo predominio del endeudamiento estatal. De acuerdo con el Banco de la República, “por sectores, el saldo de la deuda externa pública representa el 55,8% del total y la del sector privado el 44,2%”. Además, dentro del componente público, más de la mitad de la financiación provino de emisiones de bonos colocados en mercados internacionales, condición que vincula directamente la sostenibilidad del portafolio colombiano al comportamiento global del crédito y a la volatilidad de los precios financieros.
Respecto al monto de las obligaciones de la Nación, precisa que “a septiembre de 2025, el saldo de la deuda externa del sector público se estima en US$118.135 millones (27,9% del PIB), superior en US$4.940 millones (4,2%) respecto a diciembre de 2024”.
Este incremento se atribuye casi por completo al crecimiento de las obligaciones de largo plazo, mientras los compromisos de corto plazo retrocedieron ligeramente. Con ello, la estrategia estatal confirmó su orientación hacia esquemas de financiamiento más prolongados.
Por su parte, el sector privado alcanzó un saldo de US$93.450 millones, equivalente al 21,5 % del PIB. Las empresas no bancarias concentraron la mayor parte de este aumento, impulsadas por préstamos y emisiones de deuda destinados a financiar actividades de manufactura, transporte, telecomunicaciones y servicios financieros.
Aunque los bancos redujeron su exposición externa mediante amortizaciones, el dinamismo empresarial compensó esa disminución y reflejó mayores necesidades de capital productivo. Cerca del 16 % del endeudamiento total correspondió a operaciones entre empresas con relación de inversión directa, utilizadas para movilizar recursos desde casas matrices hacia subsidiarias locales. Esta modalidad se mantuvo estable frente a la tendencia de años anteriores.
Finalmente, concluye que la evolución del endeudamiento externo colombiano mostró una combinación de estabilidad en el indicador deuda/PIB y un aumento en la dependencia de los mercados financieros globales. La trayectoria durante 2026 dependerá del comportamiento de las tasas internacionales, de la fortaleza del dólar y de la capacidad de refinanciamiento en un entorno financiero aún incierto.
