El presidente Gustavo Petro saca pecho por el crecimiento económico de abril del 2024, diciendo que creció un 5,5%, resaltando la labor del sector agrícola que fue quien más creció, aportando un 10,2% a la economía nacional.
Lo curioso de todo esto es que, mientras los agricultores y campesinos trabajan sin descanso por tratar de seguir sacando adelante la economía colombiana, el mandatario colombiano se dedica a permitir el fortalecimiento de los grupos ilegales, que se están tomando por completo los departamentos donde, a su vez, se genera mayor agricultura.
Según el DANE: Antioquia, Nariño, Valle del Cauca, Tolima, Meta y Cundinamarca son los 6 departamentos que más aportan a la agricultura con un 48,2% de la producción rural censada del país. A su vez en esta lista también están las regiones más afectadas por los grupos delincuenciales del país en el 2024.
El Estado Mayor Central (FARC) ocupa el departamento del Meta, Guaviare y Caquetá; tenemos también al Clan del Golfo que controla gran parte de Antioquia empezando por el Urabá, también parte de Córdoba y Chocó; y finalmente el ELN que tiene presencia en gran parte del territorio nacional como Nariño, Valle del Cauca, Antioquia, Cauca y un largo etcétera…
Todo esto para decir que el Estado colombiano no está haciendo nada por proteger al campo, al agricultor, al ganadero, al campesino que trabaja diariamente y con mucha resiliencia, arriesgando la vida por nuestro país. No puede el presidente venir a sacar méritos ajenos como el del crecimiento del sector agrícola cuando lo único que ha hecho es abandonar a su gente en los territorios para darle un espaldarazo a los grupos delincuenciales y a las guerrillas.
Los trabajadores del campo ya no quieren ir a sus fincas, regresaron desde hace un tiempo las amenazas y los panfletos donde advierten nuevamente vacunas y la sangre si no se cumple con las órdenes que ellos dictan. La ley hoy la pone el hampa y cumplirles es cuestión de vida o muerte. Si seguimos así, el crecimiento económico del país, que hoy está en manos del campo, próximamente va a irse en picada también. Siendo todo Colombia la afectada por las malas decisiones de Gustavo Petro.l
Adicional a todo el problema de seguridad, ha empezado la crisis lechera, donde avisan bajas en el precio de la leche llegando a pagos por litro de menos de $1.800, precio que no cubre ni siquiera el costo de producción. Por eso muchos campesinos se han venido articulando por el país en frentes solidarios que buscan la seguridad de los trabajadores del campo y el gobierno en vez de apoyarlos desde la institucionalidad, que es lo que se quiere, les dice “paramilitares” y prohibe el trabajo mancomunado del sector privado, pues estas “grupos solidarios” no son solo en el campo, si no en todos los comercios del país. La inseguridad está rampante y a flor de piel.
El gobierno debe saber y entender que la fuerza del Estado es legítima y atacar a los grupos ilegales es el deber y no protegerlos.