Las acciones ejecutadas por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y que cegaron la vida de nueve soldados que custodiaban un tramo del oleoducto Caño Limón, han sido cuestionadas por varios actores de la comunidad internacional que critican la debilidad del Gobierno para hacerle frente a estas situaciones y definir la agenda del proceso de paz.
En su más reciente columna de opinión en el diario El País de España, Juan Camilo Restrepo, quien fuera jefe del equipo de negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional durante el gobierno de Juan Manuel Santos, hizo varios cuestionamientos tanto al presidente Gustavo Petro como a la guerrilla, por cuenta de hechos que han sacudido negativamente al país.
De acuerdo con Restrepo, los diálogos reanudados con varias concesiones por parte del presidente están hoy nuevamente al borde de finalizar sin ningún acuerdo que permita la reinserción a la vida civil de los guerrilleros que conforman esa organización, ni el cese de las acciones terroristas que durante más de 60 años han generado caos y desolación.
“Las negociaciones de paz entre el gobierno de Gustavo Petro y el ELN atraviesan un momento que, para llamarlas suavemente, podemos catalogar como una crisis profunda”, dice la columna en comento.
Petro dejó pasar como si nada el desplante que esta organización le hiciera a finales del año pasado, al desmentir su participación en el cese al fuego al que supuestamente había llegado con varios grupos al margen de la ley y hasta la imposición de la agenda de negociaciones, sin embargo, no parece estar dispuesto a pasar por alto el ataque a un grupo de soldados indefensos en una base militar en El Catatumbo, solicitando hechos que indiquen verdadera voluntad de paz.
“La espoleta que ha hecho reventar esta crisis fue el infame asesinato por parte del ELN de nueve soldados que no estaban combatiendo la guerrilla, sino que dormían luego de sus labores habituales consistentes en cuidar el oleoducto de Caño Limón”, explica Restrepo. Estos eventos han sido la acción más repetida de la guerrilla en los últimos años y han provocado además de pérdidas a las empresas petroleras, contaminación al medio ambiente.
Actitud complaciente de Petro
El exjefe negociador asegura que en su afán de ‘firmar la paz’, el presidente Petro ha mostrado una actitud bastante complaciente que raya casi en la debilidad, sin contar que varias organizaciones internacionales han cuestionado la forma cómo se decidieron los puntos a tocar en el tercer ciclo a desarrollarse en Cuba.
“El gobierno parece tener, en primer lugar, una actitud débil y blandengue contra esta guerrilla alzada en armas, una de las últimas que subsiste en América Latina. La agenda misma -o temario a desarrollar durante las negociaciones- que fue acordada en la segunda ronda de negociaciones y concluyó en ciudad de México hace pocos días, ha merecido reproches de muchos observadores”, se lee en uno de los apartes del texto.
Insiste en este punto, que la agenda aceptada por Petro incluye temas que únicamente podrían discutirse en una Constituyente y que han sido catalogados en el pasado como líneas rojas que no se pueden cruzar.
“[Algunos actores de la comunidad internacional] juzgan vaga [la agenda de diálogos] y sobre todo redactada de tal manera que parecería otorgarle al ELN la posibilidad de negociar un verdadero cambio de modelo a la estructuras económica y social en Colombia (si es que se llega algún día a suscribir acuerdos de paz con esta guerrilla). Tampoco es clara la agenda sobre cómo y cuándo se dará la desmovilización y la entrega de armas del ELN cuando concluyan las negociaciones”, asegura Juan Camilo Restrepo.
¿Dispuesto a alcanzar la paz?
Este asunto parece no inquietarle a Petro, quien ha dicho públicamente que a diferencia de sus predecesores él sí está dispuesto, en aras de ‘alcanzar la paz’ con el ELN, a discutir asuntos de orden constitucional en un escenario como ese. “El gobierno actual ha dicho lo contrario: que no habrá líneas rojas en estos diálogos de paz, y que no hay temas vedados. De hecho, hace algunos días, el propio presidente Petro, en reunión celebrada con empresarios y dirigentes antioqueños agrupados en Pro-Antioquia, afirmó que él estaba dispuesto a negociar el ‘modelo económico colombiano’”, dice la nota periodística.
Como si esto fuera poco, la guerrilla del ELN ha sostenido públicamente y en la mesa de negociaciones, frente a observadores internacionales, que sus ‘acciones militares’ no están sujetas a lo establecido en tratados y convenios internacionales suscritos por Colombia.
“Otro motivo grave de desencuentro con el ELN: que este grupo no reconoce la obligación de respetar el Derecho Internacional Humanitario aún antes, inclusive, de que se firme un cese al fuego y de hostilidades. Olvida el ELN que desde los protocolos de Ginebra acordados en 1949 cuando terminó la segunda guerra mundial, quedó consagrado (protocolos dos y tres), que todo grupo alzado en armas, desde el mismo momento en que se sienta a negociar con un gobierno legítimo, tiene el deber de respetar el DIH, es decir, no maltratar ni aterrorizar a la población civil no combatiente”, explica el columnista de El País.
En ese sentido, pueden entenderse las recientes amenazas proferidas contra periodistas por parte de Antonio García, uno de los máximos cabecillas de esa organización al margen de la Ley, personaje que a través de su cuenta de Twitter ha dicho en repetidas ocasiones que si no está en firme un cese bilateral al fuego, podrán sus combatientes ejecutar las acciones militares que les plazca sin que esto repercuta en los diálogos que sostienen con el Gobierno.
Cese al fuego y de hostilidades
Como es apenas obvio, personajes de cosa y la opinión pública, ciudadanos de a pie y hasta la comunidad internacional, exigen de este grupo muestras reales de querer alcanzar la paz y esto solo se logra si en lo sucesivo suspenden su actividad ‘militar’. “¿Qué sigue hacia adelante? Naturalmente lo prioritario es llegar pronto a la suscripción de un cese al fuego y de hostilidades, para lograr que las negociaciones que sigan en la abigarrada agenda convenida puedan adelantarse al menos en calma y civilidad”, sugiere Restrepo, quien ya tiene experiencia en estos asuntos.
Coincide Juan Camilo Restrepo con José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) y miembro del equipo negociador designado por Petro, en que para continuar dialogando: “lo primero que el gobierno debería decirle al ELN con todas las letras es lo siguiente: NO se negociará ningún otro punto de la agenda hasta que esté implementado, debidamente supervisado y vigilado con los correspondientes protocolos, un cese al fuego sólido y creíble”.
Finalmente y en el entendido de que no hay ni nunca ha habido cese al fuego y de hostilidades, interroga a los miembros de la guerrilla sobre las intenciones con las que ejecutan actos criminales como el de la semana pasada.
“Con posterioridad al asesinato de los nueve soldados en el Catatumbo el pasado miércoles, el gobierno Petro convocó el viernes una reunión de emergencia con todo su equipo negociador, en la cual la gran conclusión fue hacerle la siguiente pregunta al ELN: ¿Ustedes, con hechos repudiables como el asesinato de estos jóvenes soldados ocurrido en la región del Catatumbo creen dar muestras de paz, o simplemente quieren hacerse fuertes en la mesa de negociaciones? El ELN tiene ahora la palabra”, finaliza la columna de opinión.
Lea la columna de opinión completa aquí: https://elpais.com/america-colombia/2023-04-02/el-rompecabezas-de-las-negociaciones-con-el-eln.html?ssm=TW_CC