El cambio frecuente de ministros y altos funcionarios genera dudas sobre la gobernabilidad y la capacidad del presidente Gustavo Petro para mantener al país en un rumbo claro.
Desde su inicio, el gobierno del presidente Gustavo Petro ha estado marcado por la inestabilidad en su gabinete, con una constante rotación de ministros y altos funcionarios. La reciente renuncia del ministro de Defensa, Iván Velásquez, se suma a una larga lista de cambios que han generado incertidumbre en la administración y han afectado el avance de reformas clave.
La crisis se intensificó con la solicitud de renuncia protocolaria de todo el gabinete por parte del presidente, lo que resultó en la salida de al menos diez ministros. Entre ellos, Juan Fernando Cristo, quien lideraba el Ministerio del Interior y cuya dimisión afecta directamente la firma de decretos esenciales para la crisis de orden público en el Catatumbo. También renunciaron figuras clave como Susana Muhamad en el Ministerio de Ambiente, Ángela María Buitrago en Justicia, Gloria Inés Ramírez en Trabajo y Andrés Camacho en Minas. Además, Daniel Rojas dejó el Ministerio de Educación tras solo unos meses en el cargo, mientras que Jorge Rojas, director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), renunció tras apenas seis días en funciones.
Aunque se prevé que el presidente Petro, actualmente en gira por Medio Oriente, anunciará a los reemplazos en los próximos días, la crisis llega en un momento crucial, cuando el gobierno necesita apoyo para impulsar sus reformas en el Congreso. Con una administración debilitada por la inestabilidad, la incertidumbre crece sobre el futuro del mandato y su capacidad para cumplir con sus compromisos.
Gobierno de remezones
Desde agosto de 2022, Petro ha provocado múltiples remezones ministeriales. El primero ocurrió en febrero de 2023 con la salida de Alejandro Gaviria (Educación), María Isabel Urrutia (Deportes) y Patricia Ariza (Cultura). Posteriormente, en abril de 2023, hubo otra ola de cambios con la renuncia de José Antonio Ocampo (Hacienda), Carolina Corcho (Salud), Cecilia López (Agricultura), Alfonso Prada (Interior), Sandra Milena Urrutia (TIC), Guillermo Reyes (Transporte) y Arturo Luna (Ciencia, Tecnología e Innovación).
El tercer gran remezón llegó en julio de 2024, cuando el mandatario colombiano anunció desde Suiza la necesidad de «oxigenar» su gabinete. En esa ocasión, se desvincularon Néstor Osuna (Justicia), William Camargo (Transporte), Jhenifer Mojica (Agricultura), Catalina Velasco (Vivienda) y Luis Fernando Velasco (Interior). Finalmente, en febrero de 2025, la crisis se agudizó con la fractura evidente del gabinete tras un consejo de ministros transmitido por televisión nacional. A esta situación se sumaron las renuncias del canciller Luis Gilberto Murillo, Mauricio Lizcano (TIC) y María Constanza García (Transporte).
A lo largo de dos años y medio, Petro ha visto desfilar a 44 ministros, un número sin precedentes en la historia reciente del país. La falta de estabilidad en el gabinete genera dudas sobre la gobernabilidad y la capacidad del Ejecutivo para mantener un rumbo claro. Mientras el presidente busca recomponer su equipo, el país sigue a la expectativa de cómo enfrentará los desafíos políticos y económicos en lo que resta de su mandato.