Aunque no se reportaron víctimas, la E.S.E. Norte 2 rechazó el hecho, pidió garantías de seguridad para continuar su labor y recordó que los centros médicos están protegidos por el Derecho Internacional Humanitario.
El Hospital Niña María, ubicado en el municipio de Caloto (Cauca), fue impactado por un artefacto explosivo durante un hostigamiento armado en la madrugada de este sábado 11 de octubre. La detonación afectó la infraestructura del centro asistencial y quebró múltiples ventanales, en medio de una situación de alarma que obligó al personal médico y a los pacientes a resguardarse mientras cesaba la agresión. Las autoridades fueron alertadas del hecho para la valoración de daños.
De acuerdo con la información disponible, el estallido produjo daños en áreas externas e internas, sin que se reportaran víctimas. Los relatos coinciden en que la onda expansiva generó pánico entre quienes permanecían en el hospital durante la noche, especialmente pacientes en observación y trabajadores de turno. La ruptura de cristales y las afectaciones en zonas de circulación reflejan el impacto del artefacto en una instalación destinada a la prestación de servicios esenciales.
La E.S.E. Norte 2, a la que pertenece el Hospital Niña María, rechazó el ataque y exigió garantías de seguridad para continuar su labor de salvar vidas. La entidad recordó que los centros de salud y el personal sanitario cuentan con protección especial y que la agresión contra instalaciones médicas constituye una violación grave del Derecho Internacional Humanitario. En ese sentido, solicitó a las autoridades competentes medidas efectivas para prevenir nuevos hechos que pongan en riesgo a pacientes y trabajadores.
Este nuevo episodio incrementa la preocupación en el norte del Cauca, donde la población civil sigue siendo la principal afectada por la violencia. La comunidad de Caloto insiste en la necesidad de que se respete la misión médica y se garantice la continuidad de la atención. El llamado central es a preservar los servicios de salud como espacios neutrales y seguros, indispensables para la protección de la vida en contextos de conflicto.