En un acto cargado de emoción, simbolismo y mensaje de paz, el Centro Democrático realizó un solemne homenaje al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay en el parque El Golfito del barrio Modelia, en la localidad de Fontibón.
Álvaro Uribe Vélez, líder del partido Centro Democrático, encabezó el acto acompañado por figuras destacadas del partido, entre ellas su precandidata presidencial más visible en este momento, la senadora María Fernanda Cabal, quien mostró una actitud de firmeza y compromiso, reafirmando el rumbo que el Centro Democrático parece tomar tras la tragedia.
El evento reunió a cientos de simpatizantes, líderes comunitarios y militantes del partido, convirtiendo el escenario en un espacio de duelo colectivo, pero también de convocatoria política y esperanza. Bajo un cielo nublado que parecía acompañar el clima emocional del momento, Uribe tomó la palabra y, con voz grave y pausada, trazó un discurso que trascendió el recuerdo personal para convertirse en un llamado nacional.
«Que en este lugar se simbolice una llama eterna como el amor eterno de Miguel por Colombia», declaró el expresidente, proponiendo que el parque El Golfito se transforme en un monumento vivo de resistencia, fe y compromiso con la seguridad. «Que quienes concurrimos no veamos aquí un lugar de venganza, tampoco de falsa paz. Que aquí nos comprometamos a animar la fe en Colombia, que no puede quedar perdida. A estimular que germine la esperanza, que no puede estar rota», afirmó provocando un profundo sentir entre los asistentes.
Uribe aprovechó la ocasión para reiterar su visión de un Estado basada en la seguridad legítima y democrática, un principio que, según dijo, Miguel defendió hasta sus últimas horas. «Que en el paso por este lugar, Miguel inspire la seguridad para que algún día haya paz», sostuvo, vinculando directamente la lucha contra la violencia con el derecho de los colombianos a vivir sin temor en sus veredas, pueblos y ciudades.
El líder del Centro Democrático también abordó temas económicos y sociales, criticando lo que calificó como «neocomunismo», al afirmar que la inseguridad no solo amenaza la vida, sino también el emprendimiento y la libertad económica. «La seguridad que proteja la libertad para que se pueda emprender sin la condición de contar con el afecto o de sufrir la amenaza del desafecto del gobernante», expresó, en una clara crítica al actual rumbo del país.
Además, destacó la necesidad de proteger a la juventud de la droga, garantizar el acceso ilimitado al conocimiento y defender la libertad de expresión frente a lo que se llama «la censura del Gobierno y el privilegio de los favoritos».
María Fernanda Cabal, presente en primera fila, no tomó el micrófono, pero su presencia fue interpretada como un mensaje simbólico: el Centro Democrático continúa y la postulación presidencial sigue activa. Su figura, cada vez más central en el partido, parece encarnar la continuidad del legado político de Uribe en un escenario post-Álvaro, pero profundamente marcada por su ideario.
Al finalizar su discurso, el expresidente hizo una dura alusión a los responsables del crimen: «Aquí, el asesino con droga, dinero y una de autores intelectuales e instigadores nos privó de Miguel. Que con su cadena sacrificio ganó la elección de inspirador por siempre del pueblo libre de Colombia».
El parque El Golfito, antes escenario de horror, hoy se erige como un punto de memoria, pero también de proyección. Con la llama eterna que propuso Álvaro Uribe, el Centro Democrático busca no solo honrar a Miguel, sino convertir su muerte en un símbolo de lucha por una Colombia más segura, libre y esperanzada.



