¡Hablemos claro! En el precio de la carne, la culpa no es de la vaca

La industria frigorífica nacional se ha convertido, en su gran mayoría, en simple prestadora del servicio de degüello y no ha innovado, por ejemplo, en llegar directamente al consumidor final con cortes y empaques sin intermediación.

Por Ricardo Arenas Ovalle

Hace carrera entre muchos ilustres personajes de este país, quizá como herencia de la frase lapidaria de la ministra Corcho: “Si se necesita una crisis, la generamos”. Lo propio hace el señor Álvaro Urrea, presidente de Asofricol, al alertar sobre una supuesta crisis de seguridad alimentaria en el país por cuenta de su interés particular de culpar a los ganaderos y a las exportaciones de ganado en pie, que los colombianos no podamos suplir nuestras necesidades nutricionales.

Dijo textualmente el señor Urrea: “El alto precio de la carne en el mercado nacional es un reflejo de varios factores, en especial del auge de la exportación del ganado en pie que, además de sustituir la exportación de carne con valor agregado a mercados como Asia y África, tiene un efecto especulativo en el precio de los animales, lo que afecta el ciclo ganadero e impacta el suministro y el precio de la carne para los colombianos” lo queademás de faltar a la verdad, muestra un concepto errado de lo que es seguridad alimentaria, vergonzoso en un ejecutivo de ese nivel.

Acertadamente la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Cecilia López Montaño, encomendó al Consejo Nacional de la carne bovina y bufalina, del cual hacemos parte desde Fedegán, que junto con la UPRA, realizáramos una mesa técnica para identificar y valorar las causas del incremento de los precios de la carne al consumidor final. En esta mesa, tiene también asiento el señor Urrea y es el escenario natural en donde debería sustentar sus teorías económicas y de mercados. A pesar de que se han desvirtuado, insiste en desinformar a la opinión pública.

Como sucede con la leche, es claro que el consumo de carne por habitante es reflejo más de los indicadores económicos, como el ingreso per cápita y de los hábitos de consumo, que del precio del kilo o litro. No desconocemos que el precio por unidad sea importante, pero claramente no es el único factor en la decisión del consumidor. Lo mismo sucede con la exportación de ganado en pie, que NO ES como lo mal manifiestan desde Asoficol, que sea la única ni tampoco la más importante causa del incremento del precio de la carne al consumidor colombiano.

Factores que impactan en el valor de la carne

El consumo de carne bovina en la última década ciertamente ha disminuido algo así como un 16% pero no solo por temas de precio, sino como un resultado multifactorial en el que se incluyen de manera importante los temas de campañas anti-consumo basadas en mentiras o verdades a medias como el impacto de la ganadería en el cambio climático, la deforestación, nutricionales y de salud. Incluso la moda juega un papel importante en este comportamiento del consumo.

Y volviendo al encargo de la ministra sobre el estudio detallado de las razones del alto precio de la carne a los colombianos, con cifras en mano, con indicadores y análisis serios, se ha llegado a varias conclusiones como que en el precio al consumidor, el kilo en pie pagado al ganadero -quienes somos los que la producimos-, participamos en escasos 53 % a 63 % del precio de venta al consumidor, a pesar de ser en últimas, los que costeamos todo el peso de la producción. Esta variación depende del canal de comercialización que permite precios diferenciales en donde no participa el ganadero.

La industria frigorífica nacional, que por años se ha convertido en su gran mayoría en simple prestadora del servicio de degüello y no ha innovado por ejemplo en llegar directamente al consumidor final con cortes y empaques sin intermediación, cobraen promedio por el desposte de un bovino $70.000; por el costo de faenado por bovino conrefrigeración $130.000,a lo que se adiciona laCuota de Fomento Ganaderopor bovino$25.000y elimpuesto de degüellopor bovino$27.000. Esto es, dicho de otra manera, que la industria del faenado recibe entre el 3,4 % y el 4,1 % del valor pagado por los consumidores por cada kilo de carne en los diferentes cortes.

Así las cosas, existe aún un amplio porcentaje de precio al consumidor que oscila entre el 43,6 % y 32,9 % que se queda en un canal de comercialización donde existen actores que poco o nada agregan al valor al producto. Al explicar, entonces, el alto costo de la carne al consumidor acusando al gremio ganadero que le pone el pecho al sol, a la lluvia y a los altos costos de producción para entregarle a los consumidores proteína animal que aporte a la nutrición y ahí sí contribuir a la seguridad alimentaria del país, Urrea está buscando el muerto río arriba dirían los abuelos.

Bajan las exportaciones, pero el precio no

Es allí, en los altos costos de producción por efectos de los altos precios de insumos como fertilizantes, y no en los mercados de exportación de ganado en pie, donde está parte de la razón del incremento en el precio del ganado. Y en la ineficiente cadena de comercialización y la especulación en esta cadena donde se debe buscar la baja en el precio al consumidor.

Olvidan en Asofricol, con el aplauso de reconocidos políticos enemigos públicos de la ganadería y los ganaderos, que la exportación de ganado en pie -que dicho sea de paso, se realiza en el país con todos los protocolos de bienestar animal- se ha reducido en 2023 mientras que el precio de la carne al consumidor ha aumentado y que en 2022 fue escasamente el 1,3 % de todo el inventario bovino nacional. Olvidan también en su malintencionado análisis, que el precio de ganado pagado al ganadero en 2023 ha disminuido mientras que el precio de la carne al consumidor sigue en aumento.

Y para el final, algo fundamental. El faenado formal de ganado se ha reducido drásticamente y en cambio el clandestino, con abigeato y carneo de por medio, se ha fortalecido desde la pandemia y en los últimos meses soportado en la creciente inseguridad del país. Aquí es donde debemos encaminar los esfuerzos en bien del sector y del país en general.

¿No será entonces que las causas de este aumento tienen un origen multifactorial, más en temas de inflación, de devaluación, de ineficiencias del canal de comercialización y de especulación de actores por fuera de la cerca de nuestros potreros? Yo estoy seguro de que sí.

Si trabajamos unidos como cadena, mejoramos nuestros procesos antes que atacar a otros y buscamos innovar y ser eficientes y sostenibles, seguramente podremos brindar a los consumidores mejores productos a precios justos. Esa es nuestra invitación como ganaderos.

* Médico veterinario

Especialista en Finanzas y Negocios Internacionales

Especialista en Gerencia de empresas agropecuarias

Consultor agroindustrial Experto en producción y calidad de leche