La Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), junto con académicos y congresistas, rechazó la eliminación de los subsidios a las tasas de interés de los créditos con el Icetex.
La decisión del Icetex de eliminar los subsidios que beneficiaban a estudiantes de estratos bajos ha generado un profundo malestar en distintos sectores académicos y políticos. El presidente de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), Jairo Miguel Torres, advirtió sobre las nefastas consecuencias que esta medida traerá para miles de jóvenes, quienes verán incrementadas sus cuotas entre un 12.2 % y un 17.2 % anual.
Esta acción no solo afecta a los 327.000 estudiantes y egresados involucrados, sino que además pone en riesgo la permanencia de miles de jóvenes en el sistema educativo, aumentando las tasas de deserción en un país donde 4 de cada 10 estudiantes abandonan sus estudios antes de culminar su carrera.
Afecta la cobertura educativa
El golpe financiero que representa la medida resulta contrario a los esfuerzos de las Instituciones de Educación Superior (IES) por ampliar la cobertura educativa. «Se están sacrificando oportunidades y condenando a generaciones enteras a una mayor desigualdad», alertó Torres. Además, criticó la reducción del 80 % en la adjudicación de nuevos créditos en 2025, pasando de más de 50.000 en 2024 a apenas 10.000.
Lluvia de críticas
Desde el Congreso, senadores y representantes han rechazado la medida con dureza. La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal también manifestó su rechazo, calificando de «inaceptable» la decisión del gobierno de Petro. «No podemos permitir que se sigan engañando a nuestros jóvenes con promesas vacías mientras los ahogan en una deuda impagable. El futuro de Colombia no se construye con más pobreza para los estudiantes, sino con un sistema educativo accesible, justo y con políticas que apoyen realmente a quienes están luchando por un mejor futuro», declaró.
por su parte, Lina Garrido acusó al gobierno de «traicionar a miles de jóvenes» tras prometer ayudas educativas. Jennifer Pedraza cuestionó la contradicción entre el discurso de apoyo a la educación y las acciones que ahora elevan los intereses para estudiantes de estratos bajos.
La indignación también fue expresada por Catherine Juvinao, quien recordó que el gobierno pasó de ofrecer «crédito social» y condonaciones a endurecer las condiciones de pago, dejando sin subsidio a quienes más lo necesitan.
Julián de Zubiría, director del Instituto Alberto Merani, se sumó a las voces critican en el manejo del Icetex, señalando que «114.000 usuarios del crédito recibieron una pésima noticia: dejarán de recibir subsidios y pagarán intereses entre un 12,2 % y 17,2 %. Se les incumple a los jóvenes la promesa de ampliar su derecho a la educación de calidad».
La decisión del Icetex no solo deteriora la confianza en las políticas educativas del actual gobierno, sino que podría convertirse en un freno significativo para el acceso a la educación superior en Colombia. Los llamados a rectificar esta medida crecen, pero la incertidumbre y el malestar ya han calado hondo en los afectados y en la opinión pública.