Mandatarios regionales rechazan el crimen del teniente coronel Rafael Granados Rueda y advierten que el país no puede regresar a las lógicas de terror que marcaron épocas de violencia extrema. Piden al Gobierno acciones firmes para proteger la institucionalidad.
Los gobernadores del país y la Federación Nacional de Departamentos (FND) expresaron un rechazo categórico y lleno de indignación ante el asesinato del teniente coronel Rafael Granados Rueda, ocurrido en Popayán, Cauca. El
hecho, perpetrado en plena zona urbana mediante un ataque sicarial, fue calificado como un acto de violencia que “hiere profundamente al país” y revive recuerdos de los momentos más oscuros de la historia reciente.
En un comunicado, la FND advirtió que este crimen no solo arrebató la vida de un servidor del Ejército Nacional, sino que constituye un golpe directo contra el Estado y la seguridad nacional, al buscar intimidar, debilitar la institucionalidad y desafiar la presencia legítima de la autoridad en los territorios.
“Colombia no puede permitir que la barbarie y el terror se impongan nuevamente sobre la vida, el desarrollo y la democracia”, señaló la Federación.
Los mandatarios departamentales lamentaron profundamente que un oficial de la patria haya sido víctima de un atentado que, aseguran, pretende reinstalar prácticas criminales que marcaron uno de los capítulos más dolorosos del país, sembrando miedo, zozobra y desesperanza entre la población.
En su pronunciamiento, los gobernadores enviaron un mensaje de solidaridad a la familia del coronel Granados Rueda, así como a los miembros de las Fuerzas Militares y de Policía.
Recordaron que proteger a quienes sirven al país es una obligación ineludible del Estado, y pidieron al presidente Gustavo Petro “impedir que los bandidos sigan afectando la tranquilidad y la estabilidad de nuestras instituciones”.



