Ganaderos de Arauca y Casanare han inmunizado 987.000 reses contra fiebre aftosa y brucelosis bovina

Los ‘vacunadores extremos’ de la Fedegán han sabido sortear las dificultades producto de las lluvias que han hecho difícil el acceso a algunas zonas, donde las crecientes súbitas de los ríos desaparecieron las vías de acceso a las haciendas.

Los ciclos de vacunación contra la fiebre aftosa y la brucelosis bovina, es tal vez una de las estrategias más importante de cara a la conservación de los estándares sanitarios y fitosanitarios que le han abierto mercado a los productos cárnicos del país en mercados importantes como el chino.

El pasado cuatro de junio arrancó el primero de estos ciclos, arrojando cifras positivas en los departamentos de Arauca y Casanare. De acuerdo con los registros, se han vacunado hasta la fecha 987.000 animales contra la fiebre aftosa e impactado positivamente 9.676 predios.

En lo que tiene que ver con rabia silvestre, se ha vacunado 55.929 animales, alcanzando la cifra de 380 haciendas. Contra la brucelosis bovina se tiene un guarismo similar: 55.320 reses inmunizadas en 6754 hatos.

Villamil Torres Corse, profesional especializado de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), advirtió que los vacunadores han sabido sortear las dificultades producto de la ola invernal y cumplido a cabalidad con la misión encomendada.

“Durante la primera semana se presentaron inundaciones y desbordamientos de ríos que causaron retraso y reprogramación de algunas zonas, concretamente, el municipio de Arauquita, debido al desbordamiento del rio Arauca  en la frontera con Venezuela, el cual inundó la zona denomina Islas Reineras donde no se pudo ingresar en los primeros días del ciclo, también, hubo dificultades en el municipio de Maní, Casanare, por cuenta del aumento en el caudal del rio Meta, hecho que afectó la movilidad de los ganaderos y vacunadores en la veredas rivereñas”, explicó Villamil Torres.

Sobre este tema, señaló que las condiciones propias del terreno, condicionan y alargan los tiempos de los desplazamientos de un hato a otro, debido a que no pueden utilizarse automotores.

“En general, como la geografía predominante de estos departamentos es sabana inundable las vías de accesos presentan dificultad y los despulsamiento se hacen a lomo de caballo donde no es posible entrar en moto”, apuntó.

Finalmente, el profesional de Fedegán es enfático en que a pesar de las complicaciones producto del mal tiempo, la dedicación y compromiso de los vacunadores permitirán, al final del ciclo, inmunizar a los más de 3 millones de animales que componen el hato de los dos departamentos.