En una jornada de duelo nacional, más de 4.000 personas acudieron al Salón Elíptico del Congreso para despedir al senador Miguel Uribe Turbay, fallecido a los 39 años tras un atentado en junio. Entre flores blancas, banderas a media asta y homenajes musicales, autoridades y ciudadanos rindieron tributo a su legado político antes de las exequias que se realizarán este miércoles en la Catedral Primada de Colombia.
El Salón Elíptico del Capitolio Nacional se convirtió este martes en un lugar de silencio y recogimiento.
Más de 4.000 personas —entre ciudadanos, dirigentes gremiales, líderes políticos y representantes del sector económico— ingresaron al Congreso para darle el último adiós al senador Miguel Uribe Turbay, fallecido a los 39 años tras 64 días de lucha por su vida, luego del atentado que sufrió el 7 de junio en Fontibón, Bogotá.
39 años tras permanecer 64 días en estado grave por un atentado que sufrió el 7 de junio de 2025 cuando se encontraba dando un discurso en la localidad de Fontibón, en Bogotá.
El recinto, colmado de flores blancas, acogió gestos de dolor y respeto. Pañuelos ondeaban en alto, las miradas se perdían hacia el cielo, y el eco de la canción Fuerza Miguel, interpretada por Andrea Botero, envolvió el homenaje.
En un momento cargado de emotividad, su padre, Miguel Uribe Londoño, se inclinó sobre el féretro cubierto con la bandera nacional, permaneciendo varios segundos en silencio absoluto.
La Mesa Directiva del Senado, encabezada por su presidente, Lidio García, y acompañada por las vicepresidentas Ana Agudelo y Any Marín, así como por el secretario general Diego González, rindió honores póstumos al legislador y excandidato presidencial. La plenaria del Congreso suspendió sus actividades durante tres días para permitir las ceremonias de duelo nacional.
Este miércoles 13 de agosto, el Salón Elíptico recibirá un homenaje reservado a sus familiares y colegas. Luego, el cortejo partirá hacia la Catedral Primada de Colombia, donde el cardenal y arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda, presidirá las exequias al mediodía.
En medio del dolor, el Congreso y el pueblo colombiano despiden a un hombre que, más allá de la política, deja el recuerdo de una vida marcada por el compromiso con el país y la defensa de la democracia.