Cerealeros manifiestan su preocupación por que, en el tema de tierras, ni el Poder Legislativo ni el gobierno tienen tacto para darle el respectivo privilegio a quienes ya están cultivando y produciendo comida.
A pesar de la presión inflacionaria y de la inseguridad alimentaria en que se halla sumido el país, la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya (Fenalce), ve con preocupación que no se estén dando las condiciones para el crecimiento progresivo en la producción de cultivos agroalimenticios de ciclo corto.
Preocupa la falta de tacto y voluntad política del legislativo y el gobierno nacional para debatir, diseñar y concertar de manera amplia, participativa e incluyente, con propietarios y aspirantes a ser propietarios de tierra, una plataforma de reforma agraria integral que conlleve al uso y explotación ordenada de la vocación de los suelos, donde se privilegie y proteja al que ya está cultivando, haciendo patria y produciendo comida, con miras a incentivar cada vez más la conversión de Colombia en una despensa productora de alimentos.
“Presenciamos a cambio, un Plan de Desarrollo aprobado a las carreras, incluyendo la sección VI titulada bajo el rótulo de TENENCIA EN ZONAS RURAL, URBANA Y SUBURBANA, que asigna derechos de propiedad (a título gratuito o parcialmente gratuito) a los denominados “segundos ocupantes” (Art. 56 y subsiguientes)”, expresó el gremio en un comunicado.
Agregó que también el Artículo 61 que para facilitar y dinamizar la compra de tierras por oferta voluntaria contempla no solo la actualización catastral sino que también incluye mecanismos coercitivos al procedimiento de compra que hacen perder la voluntariedad de las partes en la negociación con el propietario y lo coloca ad portas de una expropiación por vía administrativa.
De acuerdo con Fedegán
Fenalce coincide con Fedegán y “apoyamos su propuesta de que ‘antes de la aplicación de medidas que causan zozobra y generarían elementos nocivos entre los productores agropecuarios’ nos gustaría ver repartidas las 100.000 hectáreas de la Sociedad de Activos Especiales o aplicada la figura de enajenación temprana a las más de 300.000 hectáreas incautadas, con verdaderos proyectos productivos, pero con énfasis en cultivos agroalimenticios de ciclo corto”.
“La paz social, como la comida, viene del campo a la ciudad. Estamos convencidos que sembrando y produciendo comida podemos superar el hambre, la desnutrición y la inseguridad que se enseñorea en el sector rural”, concluyó el gremio.