El pronunciamiento del presidente Gustavo Petro ha sido interpretado como una manifestación de rencor personal hacia el expresidente Álvaro Uribe Vélez y su familia.
En una medida que ha sido interpretada por varios sectores como un acto de animadversión personal, el presidente Gustavo Petro, anunció que llevará ante tribunales internacionales el caso de Santiago Uribe, hermano del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
A pesar de que fue absuelto por los delitos de homicidio agravado y concierto para delinquir agravado y su presunta participación y conformación del grupo paramilitar ‘Los doce apóstoles’, el mandatario colombiano se niega a creerle a la justicia colombiana.
Desafiando la institucionalidad
El presidente Petro rechazó el fallo judicial y, desafiando la institucionalidad, como ha sido su costumbre, alegó una supuesta preocupación por la impunidad en casos de esta gravedad, argumentando que los crímenes de lesa humanidad no deben quedar sin castigo por temor o limitaciones de la justicia interna.
«Si la justicia de un país no es capaz de juzgar a los criminales contra la humanidad, lo hace un tribunal internacional», expresó con enojo el jefe de Estado.
Este pronunciamiento, sumado a su decisión de elevar el caso a instancias internacionales, ha sido interpretado por algunos sectores de la sociedad como una manifestación de rencor personal hacia el expresidente Uribe y su familia.