Según el abogado, aunque la propuesta del presidente Petro es loable, los esfuerzos económicos y administrativos del nuevo gobierno deberían enfocarse en el fortalecimiento de lo que ya existe, so pena de que una ampliación desmedida pueda colapsar todo el sistema y los mercados internos de la carne.
Mucho de qué hablar sigue dando la polémica propuesta que hizo recientemente el presidente Petro de reabrir los mataderos municipales para hacerle frente a lo que ha denominado ‘el oligopolio de la carne’, desviación económica a la que le achaca de manera directa el alto precio de esa proteína en el mercado local.
El profesor titular de Derecho Constitucional en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y fundador de la Asociación Colombiana de Derecho Constitucional y Ciencia Política, Juan Manuel Charry Urueña, también terció en la discusión que ha desatado la propuesta del presidente Petro y que ha generado cierta desazón en varios sectores industriales y de la opinión pública, a los cuales les parece que reabrir los mataderos municipales es retroceder en el tiempo.
Según el abogado constitucionalista, es peligroso el discurso que se utiliza para justificar esta iniciativa y estigmatizar a los grandes empresarios de la carne, a quienes les achacan el aumento desmedido en el precio de este producto. “No me gusta el planteamiento de que sea un monopolio de frigoríficos, pero me parece que cualquier cosa que sea ampliar la productividad, la competencia, bajar los costos, es bienvenida”, comentó Juan Manuel Charry Urueña.
En principio, por razones de interés general, no le ve problemas a la reapertura de las plantas municipales de sacrificio, pero, considera que es más apremiante controlar el comercio ilegal. “En mi opinión es muy importante acabar con las actividades clandestinas e ilícitas y formalizar las actividades, desde ese punto de vista tiene razón el Presidente de la República de abrir la posibilidad de restablecer los mataderos con el cumplimiento estricto de las medidas de salubridad pública”, aseguró el profesor Charry.
No 0bstante, es escéptico en cuanto las posibilidades que tendrían los mataderos municipales de cumplir con los cada vez más estrictos lineamientos de bienestar animal, sanitarios y fitosanitarios que rigen la actividad de sacrificio y faenado de la carne. “Las plantas de sacrificio tienen distintas clases y complejidades y están reguladas para los distintos animales de consumo humano, tienen normas muy estrictas de salubridad pública, de sanidad y tienen normas de policía con controles que pueden ir hasta el decomiso de los animales cuando no cumplan con los requisitos”, explicó Charry Urueña.
Advirtió también sobre la imposibilidad técnica y humana de las entidades competentes de ejercer control y vigilancia en el oficio de estos mataderos si se habilita uno por municipio. Sería posible controlar más de mil mataderos en el país o es mejor aumentar el número de frigoríficos. “No sé si la cifra sea de hablar de mil mataderos, uno por municipio me parece que podrían ser muchos, desconozco las proporciones de las plantas de sacrificio existentes, pero pienso que la demanda de mercado, los buenos precios, las buenas normas, los buenos cortes pueden ir generando el mercado correspondiente para esas plantas de sacrificio”, expuso Juan Manuel Charry.
Finalmente, solicitó que si esta iniciativa se lleva a la realidad, que desde las instituciones del orden nacional se preste asistencia técnica, sanitaria, pero, sobre todo, se garantice músculo financiero para poder funcionar con lujo de detalle. “Es pertinente que haya una política gubernamental al respecto, el hecho de que sean municipales, o de ubicación municipal, una determinada clase, pues depende de las decisiones que tomen los particulares y los inversionistas en hacer ese tipo de inversiones en coordinación con la autonomía de los respectivos municipios”, puntualizó Charry Urueña.