En lo que va de 2025, han sido asesinados siete líderes sociales y se han registrado seis masacres

Las víctimas siguen sumándose a la larga lista de colombianos que sufren las consecuencias de un conflicto que parece lejos de terminar. La promesa de paz total de Petro, por ahora, se queda en un discurso vacío ante la realidad de una Colombia marcada por la violencia, el abandono estatal y la impunidad.

La promesa de la «paz total» del presidente Gustavo Petro sigue desmoronándose ante la dura realidad del país.

Las cifras de violencia en Colombia continúan siendo alarmantes, y la situación solo parece empeorar con el paso de los días.

En lo que va de 2025, siete líderes sociales han sido asesinados y se han registrado seis masacres en el país, según los informes de Indepaz, una cifra que refleja la grave crisis de seguridad que persiste en varias regiones.

El último de los líderes sociales asesinados fue Carmelo Guerrero, un reconocido activista de la región del Catatumbo. Guerrero, miembro de la Unión Patriótica y de la Asociación por la Unidad Campesina del Catatumbo (ASUN-CAT), fue asesinado en medio de los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33 de las disidencias de las FARC en la vereda Gramales, en el municipio de Convención, Norte de Santander.

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La lista de los líderes asesinados sigue con Pedro María Ropero Delgado, un líder social del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS) y delegado de ASOJUNTAS Campo Seis en el municipio de Tibú, Norte de Santander. Ropero fue asesinado en medio de los combates entre el ELN y las disidencias de las FARC en la subregión del Catatumbo, una zona donde la presencia del Estado es débil y la influencia de los actores armados sigue siendo fuerte.

Este repunte de violencia no solo afecta a los líderes sociales, sino también a las comunidades. En Barranquilla, el 17 de enero de 2025, fue asesinado Miller Ojeda, un líder comunitario que trabajaba con jóvenes en procesos de resolución de conflictos en la zona de Las Gardenias, Bloque 11.

 En el mismo día, en Cali, otro líder sindicalista, Jhony Alexander Córdoba, fue asesinado por sicarios mientras se desplazaba por el barrio Terrón Colorado. Estos crímenes demuestran que la violencia se sigue expandiendo por todo el país, afectando tanto a líderes locales como a defensores de derechos humanos y miembros de comunidades vulnerables.

A lo largo de este mismo mes, más casos de asesinatos de líderes sociales se han presentado. En la Zona Bananera, Magdalena, Iván Darío García González, un líder religioso, fue asesinado el 8 de enero. En Mistrató, Risaralda, Adán Enevia Dovigama, un líder indígena, fue asesinado en su vivienda el 5 de enero. Y en Mocoa, Putumayo, Elver Porfidio Cerón Chicunque, un reconocido líder político-social, fue asesinado junto con el cantante Andrés Fajardo el 4 de enero.

Masacres

De acuerdo con Indepaz, en lo que va del mes se han registrado seis masacres en los departamentos de Norte de Santander, Santander, Cauca y Valle del Cauca. En las primeras cinco masacres han sido reportadas 15 personas asesinadas en cinco municipios: 13 hombres, 2 mujeres y un menor de edad, que era un bebé de menos de un año.

La más reciente, es decir, el número seis, ocurrió en los municipios de Teorama, Tibú, El Tarra, Convención, Hacarí, Ábrego y San Calixto, aunque aún no se ha determinado el número exacto de víctimas. Estos hechos ocurrieron entre el 16 y el 20 de enero, en el marco de una arremetida por parte del ELN en una subregión del Catatumbo.

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