El presidente ejecutivo de Fedegán expresó que escuchar a la oposición, limpia de intereses clientelistas, es como mirarse en un espejo que no miente, es tender puentes para lograr reformas que unan al país alrededor de ellas.
Como una reunión positiva que le envía al país un mensaje poderoso de que sí se puede llegar a puntos compartidos para lograr el “Acuerdo sobre lo fundamental” calificó José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegán, el más reciente encuentro entre el presidente de la República, Gustavo Petro, y el exmandatario Álvaro Uribe Vélez.
En su columna semanal, titulada “Petro – Uribe: El significado”, recordó que ese diálogo no estaba en la agenda de Petro y no tenía propósito temático alguno. “Fue más bien un ‘encuentro’, con todo lo que esta palabra significa para un país de ‘desencuentros’ derivados de la polarización, que no es mala en sí misma, pues estar en polos ideológicos opuestos y pensar diferente no tiene por qué ser sinónimo de violenta enemistad, sino, por el contrario, de complementación y enriquecimiento”.
El dirigente gremial añadió que en este país de enemigos, las reuniones entre Petro y Uribe envían un poderoso mensaje, un ejemplo de que es posible llegar a “puntos compartidos” en medio de las diferencias, para llevarlos al “Acuerdo sobre lo fundamental” que necesita Colombia para sanar sus fracturas y avanzar hacia el progreso sostenido y con equidad en todo el territorio, en el campo y en las ciudades, que es el otro nombre de la paz total.
“Ese es el significado que percibí en este último encuentro, en el que la conversación y los temas fluyeron con facilidad, quizás porque no estaban preestablecidos; no se trataba de llegar a conclusiones, aunque estoy seguro de que ambos salieron con las suyas. En fin, no se trataba de acordar ni de pactar nada, ni de que Uribe convenciera a Petro de algo, o Petro a Uribe”, manifestó.
Escuchar a la oposición
En su escrito semanal, el alto ejecutivo consideró, sin duda, que estas conversaciones informales sin agenda previa ayudan a desarrollar relaciones personales que, si bien no se pretende que lleguen a la amistad, si se espera que alcancen para el respeto mutuo, en un ambiente que permita identificar áreas de acuerdo y soluciones creativas a problemas complejos y desafíos políticos, lo que puede ser útil donde las soluciones convencionales han fracasado.
“¿Qué más significan estas conversaciones, antes de presentar unas reformas que prometen convulsionar al país? Creo que el Gobierno, con buen juicio, sabe que parte de sus mayorías en el Congreso, no se comportarán como tales frente a temas sensibles, como la salud, y sabe también que tantas y tan trascendentales reformas no se pueden imponer a espaldas del medio país al que el presidente Petro venció por 700.000 votos en las elecciones, cuando estamos en un año crucial de elecciones territoriales”, agregó.
Así las cosas, dijo, las reformas sufrirán las modificaciones que expresan los intereses y expectativas del pueblo representado en el Congreso, como debe ser en una democracia liberal y civilista, no la del “fast track”.
“En ese escenario, escuchar a la oposición, limpia de intereses clientelistas, es como mirarse en un espejo que no miente, es tender puentes para lograr reformas que unan al país alrededor de ellas, porque esta patria herida… no resiste más fracturas”, concluyó José Félix Lafaurie Rivera.
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