En el olvido el corredor etnoturístico de Córdoba

Por: Jesús Mora

Los más 23 mil km² que enmarcan al departameto de Córdoba están enriquecidos de diversidad cultural, lo cual podría considerarse una ventaja comparativa y daría cabida para que este potencial sea explotado y contribuya de manera significativa al crecimiento económico del departamento.

El corredor comprendido entre los municipios de Chinú, San Andres de Sotavento, Tuchín, Momil, Purisima y Lorica presenta una serie de cualidades pictóricas, étnicas, históricas y artesanales que ameritan la atención del gobierno central y Departamental para ser aprovechados.

Podríamos decir con propiedad que entre Chinú y Lorica está la ruta del sombrero vueltiaó y todo lo que  enmarca los saberes ancestrales de la etnia zenú.

Una nueva dinámica o enfoque turístico que se viene presentando recientemente es el etnoturismo, claramente está región tiene las condiciones para la realización de esta actividad.

La OMT (Organización Mundial del Turismo) define al etnoturísmo como : «el turismo especializado y dirigido que se realiza en territorios de los grupos étnicos con fines culturales, educativos y recreativos que permiten conocer los valores culturales.»

A la vista de un neófito como yo, esta región cumple a cabalidad los parámetros para explotar y mostrarle al mundo la riqueza que habita en este suelo.

¿Que limita que estos municipios no puedan potencializar su turismo étnico?

El corredor vial comprendido entre Chinú y Lorica es una trocha literalmente, solo es transitada por verdaderos malabaristas del volante, esto limita de manera significativa el tránsito y visualización de la zona.

El gobierno nacional debe encaminar sus fuerzas a dar vida a esta arteria vial, visibilizar en el espectro nacional e internacional el poderío turístico de la ruta del sombrero vueltiaó, si es este un símbolo patrio, debemos darle la relevancia meritoria a la región donde es elaborado.