En Cesar se perderían 350.000 dólares en compensaciones sociales por el cierre de dos minas

La Jagua y Calenturitas son de vital importancia en la minería del Cesar y del país. Durante su operación, estos dos proyectos daban empleo a más de 7400 familias: 1200 empleos directos y 6200 contratistas.

El contralor general de la República, Carlos Hernán Rodríguez Becerra, anunció en Valledupar (Cesar) un especial seguimiento a los problemas que se han derivado del cierre de las minas Calenturitas y La Jagua.

La Jagua y Calenturitas son de vital importancia en la minería del Cesar y del país. Estos dos proyectos tienen un fuerte impacto económico y social en los municipios de La Jagua de Ibirico, El Paso y Becerril, que hacen parte del denominado corredor minero del Cesar, que incluye además a los municipios de Agustín Codazzi y Chiriguaná.

De acuerdo con la Contraloría, durante su operación estos dos proyectos daban empleo a más de 7400 familias (1200 empleos directos y 6200 contratistas) y producían anualmente alrededor de $500.000 millones en regalías, impuestos, en compras y contratos.

Para el ente de control es clara la necesidad de tener identificadas las obligaciones y compromisos (ambientales, económicos y sociales), que están pendientes y a cargo de la Agencia Nacional de Minería y de la empresa Prodeco. Esto en la medida en que su incumplimiento, representaría un gran impacto fiscal para el país, por cuando el estado debería asumir la mitigación de estos riesgos.

Según un informe del acompañamiento realizado por las contralorías delegadas del Sector Minas y Energía y de Medio Ambiente, la pérdida de las compensaciones sociales directas, se ven reflejadas con el no recaudo del orden de 350.000 dólares anuales, tras la renuncia al contrato de concesión; así como el incumplimiento a los compromisos de reasentamiento de las comunidades de Boquerón, Plan Bonito y el Hatillo.

Impactos identificados por la Contraloría

Con la renuncia a los contratos de concesión se dejaron de recibir contraprestaciones económicas adicionales a las regalías, que no se pueden garantizar en los próximos.

Estas contraprestaciones ascendieron a $2,66 billones entre 2012-2021 y para los años 2021-2030 se tenían estimadas en $2,24 billones.

Adicionalmente, se pierde la inversión social anual proyectada que para el año 2022 estaba estimada en $1700 millones.

Otra situación que surge es que los bienes objeto de reversión gratuita (maquinaria y equipo e inmuebles e instalaciones etc.) pasarían a ser del Estado, por lo que se genera un riesgo por obsolescencia de la maquinaria minera cuyo valor está estimado en cerca de $2.000 millones de dólares.

En la actualidad, de acuerdo con lo previsto en los contratos de concesión minera suscritos en su momento, a partir de la terminación de los mismos se viene generando a cargo del Estado un costo para el mantenimiento en condiciones operativa de las minas y sus maquinarias, calculado en $7 millones de dólares mensuales, de acuerdo con lo informado por Prodeco.

Desde el punto de vista ambiental, se identifican los riesgos de posible ausencia de salvedades y salvaguardas en la liquidación de los contratos mineros considerando el cumplimiento de las obligaciones ambientales insatisfechas y las que se puedan generar en los Planes de Cierre definitivos.

A esto se suma la posible priorización de actividades de mantenimiento técnico, de infraestructura, equipos y taludes, sin realizar avances requeridos en compensaciones y restauración de las áreas.

Especial seguimiento

La Contraloría General de la República decidió iniciar este Especial Seguimiento con el objeto reunir información en tiempo real de la gestión asociada a estos proyectos de gran interés para la región y para el país, así como emitir, si se identifican las condiciones habilitantes, las advertencias correspondientes relacionadas con los riesgos social, ambiental o económico derivados de la situación de los proyectos.

En consideración a que la gestión asociada a los proyectos La Jagua y Calenturitas aún está en curso y a que existen riesgos para que la gestión de las entidades gubernamentales sea oportuna, es de interés del ente de control fiscal que estos se minimicen y se logren los objetivos de la política pública en beneficio de las comunidades afectadas por el cierre.

Preocupación especial reviste la indefinición de la ronda de asignación de un nuevo operador para la explotación del recurso remanente y cierre debido de los proyectos, tema al que se le prestará atención por parte de la CGR.

No obstante, para la Contraloría es claro que para dar soluciones a esta problemática debe existir una coordinación y diálogo permanente entre la ANM y la ANLA, así como también de las instancias superiores como el Ministerio de Ambiente y el Ministerio de Minas y Energía.

Acompañamiento y mesas de trabajo

Desde diciembre de 2022, la CGR viene adelantado mesas de trabajo con la Agencia Nacional de Minería, donde dicha entidad ha presentado la problemática general y los riesgos actuales, asociados tanto con los títulos mineros (contratos) renunciados por Prodeco en el departamento del Cesar en 2021 (tras casi 30 años de explotación de carbón térmico), como con la ronda de asignación de explotación y cierre técnico del área con un nuevo operador que adelanta la ANM desde marzo de 2022.

Dicho acompañamiento se ha realizado interinstitucionalmente junto con la Procuraduría General de la Nación y se han adelantado 8 mesas de trabajo y 1 vista técnica al proyecto, así como 2 solicitudes de información específica sobre el estado de cumplimiento de las diferentes obligaciones establecidas por los instrumentos ambientales, el estado actual del proceso de liquidación de los títulos y los posibles escenarios evaluados y contemplados frente a las liquidaciones de títulos mineros, pero ante todo el estado del plan del debido cierre minero.

En la visita técnica a las minas Calenturitas y La Jagua, que se realizó en marzo de 2023, el ente de control pudo lograr una visión de primera mano sobre el estado actual de zona minera, las condiciones técnicas y el manejo actual por parte de Prodeco, así como observar los conflictos socioambientales generados por la indefinición frente a la situación actual de los proyectos.