Desde su perspectiva, el país necesita una revisión profunda de sus procesos, contratos y mecanismos de ejecución para garantizar que los recursos se traduzcan en resultados medibles. La ausencia de reformas en este campo limita cualquier estrategia de ordenamiento fiscal.
El exministro de Hacienda José Manuel Restrepo afirmó que el próximo gobierno iniciará su mandato con un panorama fiscal “tenso y con poco espacio para maniobras”. Según indicó, el déficit público mantiene una trayectoria ascendente y la deuda ya se acerca al 63 % del PIB, lo que supone una carga considerable para la siguiente administración.
Restrepo explicó que entre 2022 y 2026 el gasto aumentará en más de $150 billones, impulsado en buena medida por la expansión de la burocracia y los compromisos contractuales de la administración pública. “Lo que hay detrás de ese crecimiento es un conjunto de obligaciones que se volvieron inflexibles y reducen la capacidad de ajustar el presupuesto”, señaló.
En ese escenario, advirtió que el país podría enfrentar en 2025 un déficit superior al observado en los años más críticos de la pandemia, lo que pondría en riesgo el cumplimiento de la regla fiscal y dificultaría la recuperación de la confianza macroeconómica. “Cuando uno lleva este gasto a situaciones de crecimiento medio, los márgenes de ajuste se reducen. Ahí es cuando aparecen los riesgos fiscales reales”, dijo el académico.
El exministro también sostuvo que la economía presenta un ciclo complejo marcado por bajo crecimiento, menor recaudo y mayores necesidades sociales. Esto, sumado a un gasto público que no ha estado acompañado de mejoras en eficiencia, hace que la brecha fiscal se profundice y limite la posibilidad de impulsar políticas expansivas.
Restrepo subrayó que el costo de la deuda está aumentando en los mercados internacionales, lo que obliga a tomar decisiones oportunas para ordenar las cuentas del Estado. “La deuda que se viene acumulando en estos años no es menor: buena parte de ella no se explica por inversión, sino por gasto corriente y déficit estructural”, agregó.
A su juicio, el país no puede prolongar la inercia actual sin comprometer la estabilidad de mediano plazo. “El reto será equilibrar restricciones fuertes con la necesidad de dinamizar la economía sin poner en riesgo la sostenibilidad”, concluyó José Manuel Restrepo.



