El proceso de negociación con el ELN sigue siendo uno de los temas más controversiales en Colombia. Mientras algunos líderes políticos cuestionan la efectividad de los diálogos y la voluntad del grupo armado, otros aplauden la presencia de José Félix Lafaurie Rivera en las mesas de negociación.
El proceso de negociación con el ELN continúa siendo uno de los temas más controversiales y divisivos en la política colombiana. En este contexto, varias figuras políticas y exfuncionarios han expresado sus opiniones sobre el rol del presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie Rivera, en las mesas de diálogo, así como sobre la efectividad de estas negociaciones y la participación de actores internacionales como Venezuela.
Las opiniones son divergentes y reflejan el escepticismo de muchos frente a la posibilidad de lograr una paz definitiva con el grupo armado.
Cuestionamiento sobre la voluntad del ELN
Para Víctor Muñoz, exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), el proceso de paz con el ELN no ha dado frutos tangibles.
Muñoz considera que el ELN sigue perpetrando actos de violencia como secuestros, extorsiones y asesinatos, lo que demuestra una falta de voluntad para avanzar en una negociación genuina.
A su juicio, la presencia de José Félix Lafaurie en la mesa de diálogo no ha beneficiado a los ganaderos del país, quienes continúan siendo víctimas de este grupo armado.
«Es claro que ya es hora de que Fedegán no siga avalando con su presencia ese circo que tiene el gobierno de la paz total con el ELN», afirmó Muñoz, quien también sostiene que los anuncios de avances en los diálogos podrían estar teñidos de un interés político, dada la proximidad de las elecciones.
En esta misma línea, Hernán Cadavid, representante a la Cámara por Antioquia, se mostró aún más crítico sobre la situación.
Según él, el ELN ha demostrado en reiteradas ocasiones que no tiene la voluntad de avanzar en una negociación seria de paz.
«Siguen asesinando ganaderos, secuestrándolos y continúan en la extorsión», señaló Cadavid, quien también duda de que se logre un acuerdo con el gobierno de Gustavo Petro.
Además, consideró un error que el gobierno continúe utilizando a Venezuela, bajo el liderazgo de Nicolás Maduro, como facilitador en las negociaciones, pues lo califica como un régimen de «ilegalidad e intransigencia».
Optimismo cauteloso
Por otro lado, Camilo Granada, exministro consejero de Comunicaciones en la Presidencia de la República, adoptó una postura más matizada.
Si bien reconoce la importancia del rol de José Félix Lafaurie como representante del sector ganadero, también señaló que el proceso con el ELN ha avanzado de manera limitada y que la verdadera pregunta es si el gobierno debería continuar con las negociaciones en las actuales condiciones.
Granada sugirió que, a pesar de las dificultades, existe una ventana de oportunidad para el ELN, pues podría ver en el gobierno de Petro un interlocutor más dispuesto a negociar.
Sin embargo, el factor tiempo juega en contra, ya que, con la proximidad de las elecciones, el margen para lograr un acuerdo real es cada vez más estrecho.
En cuanto a la influencia de Venezuela en el proceso, Granada también consideró que su rol no ha sido determinante en el pasado y no espera que lo sea ahora, dado el complejo contexto político que enfrenta Nicolás Maduro.
A pesar de la falta de avances, el exministro plantea que, si el ELN desea consolidar algún tipo de acuerdo, debe acelerar el paso, ya que el margen para negociar con un gobierno afín se está cerrando rápidamente.
Un panorama incierto
La pregunta sobre la continuidad de las negociaciones con el ELN sigue siendo un tema de debate apasionado en Colombia. Mientras algunos consideran que el proceso es una oportunidad para alcanzar la paz, otros ven en él una simple fachada que no refleja el verdadero interés del ELN por deponer las armas.
En este contexto, las voces críticas señalan que la falta de resultados concretos y las constantes violaciones al derecho internacional humanitario por parte del grupo armado hacen cada vez más difícil mantener el optimismo.