“El riesgo es claro: si el recaudo proyectado no se materializa, Colombia podría enfrentar mayores recortes en inversión social e infraestructura, lo que a su vez impactaría el crecimiento económico”, indicó Fedesarrollo.
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La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, DIAN, acaba de anunciar que comenzó el 2025 con aumento del recaudo tributario y que en el primer mes del año logró $32,8 billones, es decir, un 6 % de aumento con respecto a enero de 2024.
Dicha cifra proviene de dos fuentes primordiales, el 88,6 % de la actividad económica interna de Colombia y, el restante 11,4 % de los tributos asociados a las actividades de comercio exterior -importaciones y exportaciones del país-.
El impuesto a las ventas se constituyó en el mayor aporte tributario con el 36,6 %; seguido de la retención de renta (35,2 %); Aduanas (11,4 %) y otros (16,8 %).
El logro obtenido por la Dian es insuficiente y se encuentra por debajo de la meta del gobierno. Luis Eduardo Llinás, director de la entidad, afirmó que endurecerá la evasión fiscal y el control del contrabando.
Además, el funcionario viene exponiendo la necesidad de una reforma tributaria para cumplir con los objetivos fiscales. “El comercio electrónico y las criptomonedas serían los principales objetivos de recaudo”, sostuvo.
El ministro de Hacienda, Diego Guevara, dijo que en 2025 ingresarían al Gobierno $298,8 billones vía impuestos, una cifra que es superior en $55,2 billones al recaudo de 2024.
Menor recaudo
Para el centro estudios económicos de ANIF, el Plan Financiero está sobreestimado, pues, según sus cálculos, el recaudo del 2025 sería de $273,4 billones, es decir, el equivalente a $25,4 billones menos de lo que estima el gobierno nacional.
El riesgo
Por su parte Fedesarrollo es enfático en afirmar que las cuentas del Gobierno están infladas y que no cumplen con la regla fiscal. “El riesgo es claro: si el recaudo proyectado no se materializa, Colombia podría enfrentar mayores recortes en inversión social e infraestructura, lo que a su vez impactaría el crecimiento económico”, indicó.
Crisis anunciada
La crisis fiscal se anunció con mucha anticipación. Como olvidar lo dicho -en Bloomberg Línea- por el entonces ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, en mayo de 2024: “Una cosa es tener una regla fiscal en un país que crece al 3 %, 4 % o 10 %. Otra cosa es una regla fiscal en un país que creció el año pasado solo 0,6 %”. Para buen entendedor, pocas palabras, se refería a la falta de recursos suficientes para cubrir los compromisos.
También lo hizo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, al decir que se debía mejorar la administración tributaria para combatir la evasión de impuestos. También que las reformas frecuentes -21 reformas tributarias en 20 años- y fragmentadas, han incrementado la incertidumbre y la complejidad tributaria.
Nuevos ingresos
A su vez, la ley de Financiamiento -que no aprobó el Congreso- pretendía según expertos, ampliar el cupo de endeudamiento y no el recaudo para conseguir $12 billones que le faltaban al gobierno para cumplir la regla fiscal.
Con la declaratoria de Conmoción Interior -por el problema de violencia en el Catatumbo- se implementó un impuesto especial del 1 % a la extracción de hidrocarburos y carbón, al momento de su primera venta o de su exportación.
Asimismo, gravó con IVA del 19 % los juegos de suerte y azar operados exclusivamente por internet y creo el impuesto de timbre del 1 % para operaciones privadas (escrituras, títulos valores, avales o garantías, etc.) que superen los $298 millones.
Aun así, continua el déficit fiscal y es un problema advertido con anticipación, pero sobre el que no se tomaron cartas para mitigarlo.
Consecuencias
Las consecuencias de esta coyuntura son entre otras, la pérdida de credibilidad del país, la fragilidad y la ausencia de planeación, el exceso de impuestos, el aumento de los gastos -hasta presentaron un proyecto de ley para limitar los viajes del presidente Petro- y la falta de prudencia fiscal.
La primera advertencia ya surgió y vino del banco J. P. Morgan para no invertir en Colombia dados los riesgos que representan las dificultades fiscales del Gobierno de Gustavo Petro y la reducción de flujos que ocasionará la reforma pensional en el mercado de capitales.
El gobierno no convence con sus cálculos de la regla fiscal y el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, no aprueba los mecanismos del gobierno. El problema tributario continua.