Durante la III Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe, el presidente denunció que fuerzas extranjeras han asesinado a pescadores pobres con recursos financiados por los impuestos estadounidenses. Al mencionar el caso de un samario muerto en el mar Caribe, acusó directamente a su homólogo norteamericano y su secretario de Estado de “mentir” para justificar la violencia.
En un discurso cargado de simbolismo político, el presidente Gustavo Petro acusó este sábado al expresidente Donald Trump de financiar operaciones militares que, según dijo, han cobrado la vida de pescadores pobres en el mar Caribe. Las declaraciones se dieron en Santa Marta, durante la III Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe, antesala de la Cumbre Celac-UE que se inaugurará este domingo.
“La sociedad de Estados Unidos debe saber que están asesinando con sus impuestos a gente pobre de un Caribe que siempre ha sido libertario”, afirmó Petro ante delegaciones de movimientos sociales y representantes regionales.
El mandatario relató el caso de Alejandro Carranza, un pescador samario y padre de dos hijos, quien —según explicó— fue abatido junto a sus compañeros cuando su lancha quedó a la deriva y fue alcanzada por un misil. “No sabemos si llevaba peces o cocaína, pero en ningún caso merecía la pena de muerte”, sostuvo.
Petro señaló directamente a Donald Trump y al senador Marco Rubio, a quienes calificó de “mentirosos” por presentar como narcotraficantes a los pescadores del Caribe. “No están matando capos, están matando trabajadores del mar”, dijo, al advertir que detrás de esas acciones hay intereses políticos y económicos que “humillan a los pueblos latinoamericanos”.
Yendo más allá, el jefe de Estado también afirmó que “la democracia se acabó en el mundo” y que las nuevas movilizaciones sociales “se enfrentan a la codicia y los misiles”. Con un tono desafiante, sostuvo que “las palabras tienen poder” y que los pueblos están comenzando a usarlo frente a los viejos imperios.
Con esta nueva arremetida, Petro volvió a echar leña al fuego en su disputa casi personal con Donald Trump, un pulso que trasciende lo diplomático y que el presidente colombiano ha convertido en símbolo de su narrativa. Para algunos analistas, el mensaje sigue tensionando la geopolítica, a pocas horas de iniciar la Cumbre Celac-UE en Santa Marta.



