Desde 2015, el número de colmenas en Colombia ha aumentado un 53 %

En los últimos 50 años las abejas han aumentado su población en un 65 % y solo en Suramérica el incremento es del 189 %, según la FAO. Estos laboriosos insectos aportan el 35 % de las prácticas de producción de alimentos y benefician el rendimiento de los 87 principales cultivos en el mundo.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estimó que el 75 % de los cultivos alimentarios del mundo, dependen y se benefician de la polinización que realizan las abejas.

En Colombia, desde 2015 el número de colmenas ha evidenciado un aumento del 53 % según el Ministerio de Agricultura y, por ende, ha tenido un crecimiento en los volúmenes de producción de miel. En 2017 el país tuvo una producción récord con 3600 toneladas de producto.

A partir de investigaciones en diferentes territorios del país realizadas por la Cadena Productiva de las Abejas y la Apicultura y el Ministerio de Agricultura, se logró identificar que una colmena tiene más de 80.000 abejas, por lo que a nivel nacional se estima que hay cerca de 480 millones de abejas nuevas cada año.

Con el número de colmenas en aumento, los beneficios medioambientales crecen y por ende, el fortalecimiento de la productividad en los cultivos que dependen o se benefician de la polinización.

Organizaciones regionales, empresas y actores han trabajado por robustecer la coexistencia entre la apicultura y la agricultura, siendo un trabajo en conjunto de cara a la nutrición y seguridad alimentaria del país. Además, son prácticas agrícolas que al año generan más de 7000 empleos directos y cerca de 25.000 indirectos.

Mejores condiciones para el cuidado

“La importancia del cuidado de la salud de las abejas va más allá de un reporte de mortandad, pues muchas veces pasa por factores externos o por el mismo ciclo de vida en las colmenas. Es importante que se generen mejores condiciones y estrategias para el cuidado de las abejas, por ello, la comunicación y trabajo entre apicultores y agricultores es el punto de partida para lograr este objetivo, y mitigar en mayor medida efectos negativos para la salud de las abejas” afirmó Andrés Ospina, gerente de Polinizar.

Para lograr una coexistencia en beneficio de las abejas, en los principales departamentos apícolas del país, se han realizado charlas dirigidas a investigadores, apicultores, agricultores y, en general, interesados en este sector, para crear pedagogía alrededor de la salud de las colmenas, el impacto del cambio climático, los criterios sanitarios y ambientales, y el debido uso de productos químicos de uso agrícola, para que la rentabilidad de los cultivos no decrezca.

De acuerdo con Abejas en Agricultura, el trabajo en conjunto entre apicultores y agricultores se desarrolla a través de la implementación de buenas prácticas, que incluyen la tecnificación y digitalización de las labores diarias en el campo, ya que ayudan a tener un control y monitoreo del cultivo y colmenas y, además, proporciona herramientas para la sostenibilidad en el campo.

Por otro lado, el trabajo con los cultivadores permite espacios de capacitación sobre los productos químicos de uso agrícola (PQUA) que potencializan y mejoran el rendimiento de los cultivos, pues de esta manera se actúa preventivamente de cara al manejo de químicos en cultivos de alimentos que conduzca también al cuidado de las abejas.