Ante los hechos, ganaderos de la región advierten que la carne producto del sacrificio de los animales puede ser ingresada al mercado negro de pueblos y veredas circundantes, por lo que solicitan a los ciudadanos comprar en sitios reconocidos. También hacen un llamado a las autoridades para que se esclarezcan estos hechos.
A través de un video que circula en redes sociales y grupos de WhatsApp, un ganadero de Sasaima, Cundinamarca, denunció que seis de los caballos que tenía en su finca fueron carneados por hombres que ingresaron subrepticiamente a su finca en hora de la noche.
Los cuatreros, aprovecharon la extensión del hato para ejecutar su acción criminal, privando a la hacienda de los beneficios que le proveían los seis animales. En la prueba fílmica que acompaña la denuncia, se ve las cabezas de los equinos, los costillares, las patas y las vísceras carcomidas por los insectos dispersas en un paraje alejado de la casa principal y los corrales.
Mientras recorre el distante punto de la finca, el ganadero va recordando los nombres con los que bautizó a los animales y los ratos de esparcimiento y alegría que les brindaron a sus familiares más cercanos y conocidos.
Carne en mal estado que llega a los municipios
“Ya me despedí de mis caballos lindos que me dieron tantos momentos felices y paseos con mis hijas y sus amigos tiempos muy lindos y lleno de bonitos recuerdos, me van a hacer mucha falta y comprarles la Zanahoria y darles comida el fin de semana”, dice el sentido mensaje con el que se ha viralizado entre los chats de ganaderos la denuncia.
De acuerdo con varios ganaderos de la región consultados por este medio, no es la primera vez que ocurren este tipo de eventos, además, advierten que, generalmente, la carne de los caballos es ingresada al mercado negro de estas zonas donde existe poco o nulo control de las autoridades sanitarias, por lo que recomiendan a la ciudadanía estar alerta y comprar en sitios autorizados.
Si bien la venta de carne de caballo no está prohibida en Colombia, es claro que la forma como estos delincuentes sacrifican a los animales y obtienen las piezas que luego venden a ciudadanos incautos, riñe con todos los estándares sanitarios y fitosanitarios establecidos por la Ley para tal fin, además de ser un delito.
Hasta el momento de la redacción de este informe, ninguna autoridad administrativa o de policía se ha pronunciado sobre este asunto que dejó pérdidas a los propietarios por más de 12 millones de pesos.