La entidad nacional reiteró que es autónoma e independiente del Comité Internacional de la Cruz Roja, y que continuará sus acciones humanitarias en Colombia sin afectación operativa. El CICR, por su parte, anunció un recorte del 30% que implicará cierre de oficinas y reducción de personal.
La Cruz Roja Colombiana aclaró este jueves que no hace parte del proceso de reducción presupuestal anunciado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para 2026, y que sus operaciones humanitarias en el país continuarán con total normalidad.
En un comunicado, la entidad explicó que el anuncio del CICR —uno de los componentes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja— corresponde exclusivamente a esa organización.
Recordó además que la Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana es un organismo autónomo e independiente dentro del movimiento, por lo que no se ve afectada por las medidas tomadas por el CICR.
La institución aseguró que mantendrá su capacidad operativa en todo el territorio nacional, a través de sus 31 seccionales y 209 Unidades Municipales y Grupos de Apoyo, garantizando la continuidad de sus programas misionales, líneas de acción humanitaria y proyectos que atienden a comunidades vulnerables.
El recorte del CICR
Días atrás, el CICR anunció una disminución del 30% de su presupuesto en Colombia para 2026, motivada por la reducción global de recursos para la acción humanitaria. La decisión implica el cierre de oficinas, la reubicación de operaciones y una reducción significativa de su personal.
Según la información divulgada por el organismo internacional, en los próximos meses se cerrarán las oficinas de Apartadó y Pasto, mientras que la subdelegación de Bucaramanga cesará sus actividades. La coordinación humanitaria en el nororiente quedará concentrada en Cúcuta. Asimismo, la subdelegación de Cali dejará de operar y se abrirá una nueva en Popayán para dirigir las acciones en el suroccidente del país.
Estos ajustes afectarán aproximadamente 120 puestos laborales, situación que el CICR lamentó profundamente, expresando reconocimiento por el equipo que durante años ha trabajado en la protección y asistencia de comunidades afectadas por el conflicto armado y la violencia.
El organismo señaló que la decisión se toma en un momento crítico, en el que las necesidades humanitarias en Colombia aumentan mientras los recursos globales disminuyen. Por ello, considera necesario reorganizar sus operaciones para asegurar sostenibilidad y mantener presencia en las zonas donde más se requiere.
Mientras el CICR concentra esfuerzos en regiones especialmente golpeadas por el conflicto, la Cruz Roja Colombiana reiteró que sus actividades seguirán desarrollándose sin cambios y que su compromiso con las comunidades vulnerables permanece intacto.



