El político Luis Inácio Lula da Silva se posesionó el 1 de enero como presidente de Brasil. Allí lloró por los pobres del gigante latinoamericano y ganó audiencia en medios. Luego, denunciaron que se subió el sueldo y aumentó la burocracia.
Al parecer, el llanto del nuevo presidente de Brasil por los pobres no duró mucho. Luego de ese acto, que muchos calificaron de oportunista y populista, Luis Inácio Lula da Silva, logró la aprobación de su nuevo salario: 7190 dólares.
El político más representativo del Partido de los Trabajadores de Brasil recibirá 1000 dólares más que su antecesor, Jair Messias Bolsonaro, y ganará en un mes lo que un brasileño promedio percibe en tres años.
También es curioso que minutos después de llorar por los pobres de su país apareció en un vehículo Rolls-Royce clásico, valorado en más de 200.000 dólares (aproximadamente 1000 millones de pesos) y un robusto esquema de guardaespaldas corriendo a su alrededor. ¿Llegó la era de la igualdad a Brasil?