Además de la renuncia de seis altos funcionarios y varias denuncias para que se verifique la legalidad de la publicidad de estas reuniones, el periódico británico Financial Times augura malestar en Estados Unidos por las declaraciones del jefe de Estado sobre la cocaína.
El pasado martes (4 de febrero) el presidente de la República, Gustavo Petro, tomó la decisión de transmitir durante más de seis horas una de las sesiones del consejo de ministros. El mandatario aseguró que lo hacía en señal de transparencia.
Los ministros y directores de departamentos administrativos se trenzaron en una discusión con el presidente sobre la conveniencia de tener en el equipo de gobierno a un personaje de la talla de Armando Benedetti, quien luego de ocupar una embajada en Venezuela y otra ante la FAO, fue nombrado jefe de gabinete.
Francia Márquez y Susana Muhamad evidenciaron su malestar por compartir espacios de trabajo con el político costeño de quien evidentemente no tienen la mejor opinión. Por otro lado, Augusto Rodríguez Ballesteros, denunció que durante la campaña presidencial un reconocido contrabandista intentó aportar dinero conducto del personaje de marras.
Armando Benedetti permaneció callado mientras sus ‘compañeros’ de trabajo emitían duros juicios de valor sobre su persona, modos y formas de proceder tanto en política como en la vida, enrostrándole de manera indirecta el escándalo de violencia intrafamiliar en el que se vio envuelto en España.
Contra toda lógica y la desazón de su gabinete, Gustavo Petro, no solo ejerció una férrea defensa de la permanencia del exsenador en el equipo y destacó sus cualidades casi ‘mágica’ a la hora de hacer política, sino que también, reconoció el incumplimiento de la tercera parte de sus promesas de campaña y acusó a varios de los presentes de tener agendas paralelas de cara a las próximas elecciones.
La desatención de las quejas presentadas ante Colombia entera y la actitud poco conciliadora del presidente en algunos asuntos, motivó de inmediato la renuncia de algunos de sus funcionarios.
Este jueves (6 de febrero), dos días después de la extensa y televisada sesión, habían hecho pública su intención de abandonar el gobierno el ministro de Cultura, el director Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, el director de la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastres, el embajador en Argentina y la secretaria jurídica de Presidencia.
En Colombia, un amplio sector de la opinión y la cosa pública ha cuestionado el resultado del experimento de Petro, quien para algunos, pasó por encima de las normas que revisten de confidencialidad este tipo de reuniones.
María Fernanda Cabal, líder de la oposición y precandidata presidencial, fue una de las primeras en hacer ver la posible ilegalidad de la polémica transmisión. “Petro ahora pretende teatralizar el gobierno y convertir el Consejo de Ministros en un show televisado, violando la Ley 63 de 1923, que establece claramente que estas reuniones son reservadas. ¡Otra prueba de que este gobierno no respeta las normas ni las instituciones! Los consejos de ministros no son para hacer circo ni propaganda, son espacios de toma de decisiones serias”, escribió Cabal en su cuenta en X.
A renglón seguido, la precandidata presidencial anotó: “como Petro no gobierna, sino que vive en campaña, ahora quiere transmitir reuniones para distraer de su incompetencia, su caos interno y su falta de resultados”.
Financial Times liquidó a Petro
Igual opinión tiene el periódico británico Financial Times, el cual analiza en un extenso artículo los efectos a nivel internacional de algunas declaraciones del presidente Petro y, más concretamente, en sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Según la publicación, aunque Petro dice en sus redes que la idea del consejo televisado era ofrecer un ‘paneo’ de lo que vienen haciendo los miembros de su equipo por el país, “hizo poca mención durante la reunión del gabinete de la crisis en la región del Catatumbo, en el noreste de Colombia, donde grupos rebeldes involucrados en el tráfico de drogas han desplazado a más de 50.000 personas en las últimas semanas”.
Otro de los aspectos a los que el rotativo británico dedicó bastante tinta, tiene que ver con las desafortunadas declaraciones del presidente colombiano sobre los efectos de la cocaína en la salud humana.
“Los comentarios de Petro probablemente generen sorpresa en Washington, días después de que Colombia y Estados Unidos evitaran por poco una guerra comercial por la negativa inicial de Petro a recibir a deportados colombianos esposados en aviones militares estadounidenses”, se lee en el artículo.
Financial Times también cuestiona con duras estadísticas y hechos concretos que el presidente colombiano hable sobre los motivos que tiene Estados Unidos para proscribir la cocaína.
“En Colombia, la superficie dedicada al cultivo de coca creció un 10% hasta las 253.000 hectáreas en 2023, el primer año calendario completo de la presidencia de Petro. […] Su gobierno ha reducido drásticamente las operaciones militares y policiales dirigidas a los cultivadores de coca”, dice en otro de sus apartes el artículo periodístico en comento.
Finalmente, concluye, siguiendo a Nicholas Watson, director general para América Latina de la consultora Teneo, que Gustavo Petro fracasó estrepitosamente “si la idea de televisar la reunión del gabinete fue concebida como una forma de mostrar a Petro imperturbable ante la crisis con Estados Unidos por los aranceles”.