El columnista considera que el promedio del PIB de 3,5 por ciento en los últimos 50 años y crecer por debajo del 1 por ciento en los últimos trimestres, hace difícil el objetivo de superar el 5 por ciento. Se requiere en vez de reformas, per se, más gerencia, administración y liderazgo en la economía del país.
Aunque la economía colombiana a pesar de sus dificultades y crisis permanentes ha tenido la posibilidad de generar resultados positivos los cuales se reflejan en el resultado de crecimiento del PIB entre 1976 y 2023 (47 años) cuyo promedio es de 3,6 por ciento anual, la recomendación en el corto plazo es crecer por encima del 5 por ciento si se quiere empezar a apalear la pobreza en el país.
Así lo manifestó Óscar Cubillos Pedraza, en su columna titulada “Mal desempeño económico del país”, en la que precisamente se refiere a la coyuntura económica actual cuyo resultado es el bajo crecimiento del PIB del primer trimestre que fue apenas del 0,7 por ciento.
“Siendo conservador, en el corto plazo Colombia debería crecer a tasas por encima del 5 por ciento si quiere empezar a apalear la pobreza en el mediano plazo”, replicó el también economista y director de Estudios Económicos de Fedegán.
Según Cubillos, con promedios de 3,5 por ciento en los últimos 50 años, y peor, por debajo de 1 por ciento en los últimos trimestres, crecer al 5 por ciento será un objetivo no alcanzable. “El tema no es per se de reformas, más sí de gerencia, administración y liderazgo”, agregó.
Recordó que en ese sentido el país ha tenido 3 épocas difíciles: la del 2020 ocasionada por la pandemia; la de 2009 por la crisis económica mundial originada en EE. UU. y la de 1999 por la fuerte recesión por cuenta del desequilibrio financiero y fiscal.
Tres componentes
El columnista relató la difícil situación de Colombia que se atribuye a algunos componentes macroeconómicos técnicos, entre otros, al desempleo, la inflación y las tasas de interés.
Considera que técnicamente Colombia no está en un escenario de recesión, al no acumular dos trimestres consecutivos en cifras negativas, pero en contraste a ello, el bolsillo de los habitantes sí lo siente de esa manera.
“Influye de un lado el desempleo que ha vuelto a tener repuntes y no se logra llegar a escenarios de un dígito y, de otro, la inflación que por fortuna ha venido con importantes descensos, pero sigue teniendo todavía un alto registro: 7,2% anual”, replicó.
Esta situación, según Cubillos, le da argumentos al Banco de la República para que la tasa de interés no descienda lo que afecta de manera importante el consumo e incide negativamente en la producción, repitiendo la historia.
De hecho, destacó que el escenario actual es el segundo de más altas tasas luego de la recesión de 1999, e incluso desde que la Junta Directiva del Banco de la República se reúne para ajustar la política monetaria.
Actividades multiplicadoras
“Cuando el consumo privado va mal, como es el caso actual en el país, el gasto público entra a jugar un papel importante creando dinámicas en actividades multiplicadoras de inversión y/o generadoras de empleo como es el caso de vías, infraestructura, distritos de riego, estímulo a la construcción y compra de vivienda, pero, asimismo, la construcción de colegios, escuelas y hospitales, entre otras”, subrayó.
“Tal escenario contra cíclico hoy no se está dando y, al contrario, los presupuestos van a medio ritmo en su ejecución lo que no genera sinergias en la economía”, puntualizó el director de Estudios Económicos de Fedegán.
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