La medida busca abrir nuevos destinos y permitirá a productores nacionales exportar alimentos directamente a Arabia Saudita y países islámicos, mientras el sector cafetero del país registra un crecimiento de 38,9% en la producción y consolida el 11% de las ventas externas del país, según ANIF.
A través de su cuenta en X, la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) anunció el inicio del proceso de certificación Halal para productos agrícolas colombianos, una decisión estratégica que busca posicionar al país en un mercado global valorado en más de USD 1,27 billones y compuesto por cerca de 1.900 millones de consumidores. Este programa se desarrollará junto a la empresa HPDC S.A., encargada de validar los estándares exigidos por las autoridades islámicas.
El director de la ADR, César Pachón, explicó que la medida permitirá fortalecer la inserción internacional del agro y aumentar el ingreso directo de los productores rurales. “Cumpliendo el compromiso del presidente Gustavo Petro, dimos el primer paso para que nuestro campesinado de las zonas rurales exporte café, cacao y otros productos directamente al Reino de Arabia Saudita y países islámicos, sin intermediación”, señaló el funcionario.
La entidad amplió este mensaje a través de un comunicado institucional en el que destacó el enfoque productivo de la estrategia. “La certificación Halal permitirá que los productos del campo colombiano lleguen directamente a los mercados árabes, fortaleciendo la economía rural y la soberanía alimentaria”, explicó la ADR en sus redes sociales, citando una publicación de director firmando los documentos que daban inicio al proceso.
Un mercado en expansión y una coyuntura favorable para el café
Analistas aseguran que el mercado Halal ha dejado de ser un nicho religioso para consolidarse como un sistema económico transversal que abarca alimentos, cosméticos, farmacéuticos y químicos industriales. En ese sentido, señalan que los productos con esta certificación son demandados tanto por consumidores musulmanes como por compradores no musulmanes que valoran la trazabilidad y la transparencia en la cadena de suministro.
De acuerdo con estimaciones internacionales, este mercado crece a un ritmo superior al 6% anual, impulsado por el aumento del consumo en Oriente Medio y el sudeste asiático. Países como Brasil y Argentina ya cuentan con líneas agroindustriales certificadas, lo que les ha permitido consolidar su presencia exportadora en los países del Golfo.
Según Cesar Pachón, los primeros pilotos del programa colombiano se adelantarán en Boyacá, Santander y Huila, zonas con vocación cacaotera y cafetera, y con asociaciones rurales que ya han iniciado procesos de capacitación para cumplir con los requisitos técnicos.
El contexto productivo respalda esta apertura: un análisis del equipo de investigación de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), advierte que “el café atraviesa un buen momento, registrando un crecimiento de 38,9% en la producción en lo corrido de 2025 y representando más del 11% de las exportaciones colombianas, su nivel más alto en dos décadas”.
Otro de los aspectos positivos que destaca el estudio, tiene que ver con “el aumento en los precios promedio del grano a USD 3,8 por libra internacionalmente y $2,8 millones por carga localmente, debido a una menor oferta de Brasil y Vietnam, explican este auge”. Sin embargo, el mismo informe indica que este crecimiento ha presionado el Índice de Precios del Café, con un alza del 50% a septiembre, lo que refuerza la necesidad de diversificar mercados y apostar por productos con valor agregado.
En este escenario, la certificación Halal se presenta como un instrumento de competitividad para estabilizar los ingresos del sector y ampliar los destinos de exportación hacia regiones que demandan estándares de inocuidad y sostenibilidad más exigentes. La ADR estima que la incorporación de pequeños y medianos productores a este esquema de certificación fortalecerá el tejido rural y mejorará la trazabilidad del sistema agroalimentario nacional. Finalmente, señalan quienes se aventuran a comentar en las publicaciones oficiales, que el reto será mantener la consistencia técnica y los controles de calidad que exige el comercio internacional.



