En medio de atentados, incertidumbre política y tensión institucional, gremios económicos e instituciones del país envían un mensaje urgente: proteger la democracia es un deber colectivo.
Tras semanas marcadas por hechos que han estremecido la vida nacional —como el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ataques contra civiles y miembros de la fuerza pública, y la polémica convocatoria a una consulta popular por decreto presidencial—, crece un sentimiento de zozobra e incertidumbre institucional en Colombia.
Frente a este panorama, los gremios económicos del país y diversas instituciones nacionales han enviado una carta pública en la que se preguntan: ¿Cómo se siente hoy Colombia? Y más allá del diagnóstico, lanzan un llamado urgente a la defensa de las instituciones democráticas.
“Una sociedad sin futuro es una sociedad en depresión colectiva”, señala el texto, que ha sido respaldado por organizaciones sociales, empresariales, académicas y comunitarias.
Una democracia amenazada
La carta advierte que la democracia está en riesgo. Lo está cuando participar en política implica peligro de muerte. Lo está cuando las leyes y la Constitución se vulneran, y cuando se afecta el equilibrio entre las ramas del poder público.
Lejos de alimentar divisiones, el mensaje busca generar unidad nacional. “Colombia necesita una visión positiva de futuro que renueve la confianza y movilice a todos los sectores”.
Los firmantes hacen un llamado claro y firme a rodear y respaldar a las instituciones clave del Estado: al Consejo de Estado y a la Corte Constitucional, para que actúen como garantes de la legalidad y la Constitución; al Congreso de la República, para que busque acuerdos mínimos con responsabilidad democrática; a la Fuerza Pública, para que proteja a candidatos, líderes y ciudadanos en todo el territorio nacional; y a la Registraduría Nacional, para que garantice la transparencia y eficiencia del proceso electoral de 2026.
“La seguridad no tiene ideología. Proteger la vida, garantizar elecciones libres y brindar condiciones para la participación política es un deber ineludible del Estado”, reitera el comunicado.
El atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay —quien aún se encuentra bajo cuidado médico— se ha convertido en símbolo del deterioro de las garantías democráticas. Su nombre hoy representa el clamor de millones de ciudadanos por una política sin miedo y sin violencia.
Esperanza en medio de la tormenta
A pesar de la incertidumbre, la carta subraya que en el corazón de los colombianos también habita la esperanza. La Marcha del Silencio fue testimonio de ello: una movilización pacífica que mostró que la ciudadanía está lista para defender el país con respeto, diálogo y unidad.
“Necesitamos líderes con coraje, que escuchen, que lideren sin miedo, que defiendan la democracia incluso bajo presión. Colombia merece más esperanza, más democracia.”
En momentos como este, aseguran los gremios y organizaciones firmantes, no se puede improvisar la democracia. Se construye con reglas, con instituciones fuertes, y con una ciudadanía comprometida.