A 25 días del cierre en el kilómetro 18 por un derrumbe de 100.000 m³, el gremio de transportadores advierte que las pérdidas superan los $70.000 millones, los fletes se han encarecido un 26% y la productividad cayó 25%. Los efectos totales para la economía superarían los $800.000 millones.
La Federación Colombiana de Transportadores de Carga (Colfecar) encendió las alarmas este miércoles al advertir el grave impacto económico y social que ha dejado el cierre de la carretera Bogotá–Villavicencio, en el kilómetro 18, por un derrumbe de cerca de 100.000 metros cúbicos de material ocurrido hace 25 días.
El balance es crítico: pérdidas superiores a $70.000 millones en el sector transporte de carga, incremento del 26% en las tarifas de fletes, caída del 25% en la productividad de los vehículos, y más de 100.000 camiones afectados en sus operaciones. Además, se han registrado 10 bloqueos ciudadanos de comunidades que reclaman soluciones.
El impacto va más allá del transporte. Colfecar estima que los sectores productivos en general han perdido más de $800.000 millones, afectando gravemente a departamentos como Cundinamarca, Meta, Guaviare, Arauca, Casanare y Vichada, que dependen de esta vía para el abastecimiento de bienes y alimentos.
El gremio recordó que, tras años de cierres por el histórico derrumbe del kilómetro 58, ahora es el kilómetro 18 el que mantiene colapsada la movilidad.
Señalan que existen al menos 200 puntos críticos en el corredor y cuestionan la falta de un plan integral por parte de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Invias y la concesionaria Coviandina.
Colfecar expresó preocupación por la gestión de los recursos destinados a mitigar los riesgos.
“Esperamos que los $9.134 millones anunciados por la ANI alcancen para intervenir el kilómetro 18, pero ¿cuántos más puntos críticos van a seguir amenazando la vía? ¿Qué pasó con los $40.000 millones que la ANI giró a Invías en 2023 para atender cuatro puntos críticos?”, cuestionó el gremio.
Así mismo, advirtieron que las rutas alternas como Sisga y Cusiana tampoco cuentan con soluciones estructurales y permanecen en mal estado.
“No puede seguir siendo la excusa que no hay plata. Este es el gobierno con el presupuesto más alto de la historia, pero seguimos sin respuestas para vías estratégicas que tienen a medio país incomunicado”, señaló Colfecar.
El gremio también hizo un llamado urgente a implementar una solución definitiva para la Vía al Llano y sus vías alternas, incluidas la Perimetral del Oriente, recordando que esta región es la mayor productora de petróleo y una de las principales despensas de alimentos del país.



