Desde el organismo se hizo un llamado a los Estados, universidades y empresas periodísticas a asumir compromisos medibles que cierren la brecha entre discurso e igualdad real, garantizando que la voz de las periodistas no siga siendo una nota al pie.
El más reciente informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (Rele) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió que la violencia y la discriminación de género en las salas de redacción “siguen siendo un obstáculo estructural para el ejercicio pleno de la libertad de expresión”, afectando tanto la seguridad como la participación de las mujeres periodistas.
Este documento, elaborado con datos de ocho países, destaca que solo una de cada cuatro noticias en la región tiene como protagonista a una mujer. En Argentina, el 77 % de las periodistas afirma ganar menos que sus colegas hombres; en Ecuador, la brecha salarial supera los 400 dólares mensuales, y en Brasil, “las mujeres negras se encuentran en el nivel más bajo de remuneración y representación”, según el informe.
Rele señala además que la falta de protocolos contra el acoso sexual y laboral perpetúa la impunidad y genera efectos de autocensura. “La violencia de género en los medios es silenciosa y sostenida; opera por omisión, por ridiculización o por exclusión”, afirma el organismo.
A este diagnóstico se suma el estudio “Mujeres y medios de comunicación y difusión”, publicado por la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), donde se analiza el papel transformador del ciberfeminismo. El texto sostiene que “las plataformas digitales han permitido a las mujeres ocupar nuevos espacios de poder simbólico y construir comunidad frente a la exclusión mediática tradicional”.
Según la investigación, proyectos colaborativos como De Mujer a Mujer o redes de periodistas feministas han ampliado la participación en temas políticos, económicos y sociales, aunque la sobreexposición en entornos digitales “también ha traído nuevas formas de violencia y precarización del trabajo”.
Ambos informes coinciden en que la igualdad en los medios no solo es una cuestión de equidad laboral, sino de democracia informativa. Rele concluye que “sin condiciones de igualdad y seguridad para las mujeres periodistas, no hay pluralidad ni libertad de expresión efectiva”, y recomienda a los Estados y medios adoptar políticas verificables de igualdad salarial, liderazgo y protección integral.



