Desde la autoridad ambiental le apuestan a la extracción controlada de 40 hectáreas de buchón de agua, lo que permitirá restaurar el ecosistema y fertilizar suelos vecinos, en una intervención ambiental pionera en Cundinamarca y Boyacá.
La Laguna de Fúquene, ubicada entre Cundinamarca y Boyacá, acaba de completar una de sus intervenciones ambientales más significativas. La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) culminó un proceso de más de cinco meses para remover de forma controlada unas 40 hectáreas de buchón de agua (Eichhornia crassipes), una de las especies invasoras más agresivas del planeta, capaz de bloquear flujos hídricos, reducir la oxigenación y poner en riesgo la biodiversidad acuática.
En lugar de desechar el material extraído, la CAR lo sometió a un proceso de deshidratación que redujo su volumen y lo transformó en abono orgánico. Este producto ya se distribuye en predios cercanos, mejorando la calidad de los suelos y convirtiendo un problema ambiental en un recurso útil para la agricultura local.
La extracción se desarrolló por tramos para minimizar el impacto sobre las especies nativas. El segmento inicial, de 17 hectáreas, se ubicó entre el nacimiento del río Suárez y el Puente Concreto, en Simijaca, donde una barrera flotante canalizó el buchón hacia un punto de confinamiento para su retiro controlado con equipos especializados.
Reconocida como Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA) por BirdLife International, la Laguna de Fúquene alberga más de 160 especies de fauna y 82 de flora, incluyendo aves migratorias, endémicas y en riesgo de extinción. Según la CAR, las acciones implementadas ya favorecen el retorno de especies amenazadas, como el cucarachero de Apolinar, y fortalecen el equilibrio vegetal con la presencia de 52 especies nativas.
“Estas acciones contribuyen a mejorar las condiciones ambientales de estos espejos de agua, que traen consigo el retorno y consolidación de especies de fauna y flora, garantizando su sostenibilidad. Hemos encontrado individuos de especies amenazadas como el cucarachero de Apolinar y 82 especies de plantas distribuidas en 52 nativas, 30 exóticas y 14 invasoras”, subrayó el director de Infraestructura Ambiental, Yacir Ramírez.
Esta labor forma parte de un modelo más amplio de recuperación ecosistémica que incluye control de vertimientos, reforestación de zonas ribereñas y mantenimiento de canales y quebradas en todo el complejo lagunar Fúquene, Cucunubá y Palacio. En total, la CAR ha recuperado más de 1.400 hectáreas, consolidando un referente nacional en el manejo sostenible de humedales.