A pesar de los anuncios del Gobierno Nacional y el ingreso de combustible por vía marítima y desde el Ecuador, los agricultores y ganaderos expresan que están pasando por una grave crisis.
Desde el pasado 9 de enero, cuando un derrumbe a la altura del municipio de Rosas en el departamento del Cauca destruyó parte de la Vía Panamericana, impidiendo la comunicación de Nariño y Putumayo con el resto del país, todos los sectores económicos de esa región se han visto duramente afectados por varias situaciones y aunque el presidente Petro asistió a una reunión de alto nivel para hacerle frente al asunto, es muy poco el impacto positivo que sobre el particular han tenido sus anuncios.
Álvaro Hernán Arturo Chávez, coordinador regional de la Federación Colombiana de Ganaderos para Nariño y Putumayo, es más bien escéptico en cuanto los efectos que puedan tener las medidas tomadas por el Gobierno Nacional en la situación que hoy viven las más de 100.000 familias que en esa zona subsisten gracias a la producción lechera y agropecuaria.
“La situación del sector ganadero y todos los sectores en Nariño es grave, porque el departamento tiene una única conectividad con el resto del país y es la Vía Panamericana, la que se derrumbó, y más grave aún porque las soluciones que se plantean son a mediano y largo plazo”, precisó.
De acuerdo con el profesional de Fedegán, la imposibilidad de transitar por las vías alternas recomendadas por el Gobierno Nacional pone en riesgo la estabilidad económica de los ganaderos y agricultores, porque a fecha de hoy ha sido imposible acceder a insumos y sacar hacia el Cauca y otros departamentos más o menos 400.000 litros diarios de leche.
“Las vías alternas que fueron habilitadas son trochas y no se sabe cuál es peor o mejor. Una ha existido toda la vida y es la vía Pasto – Mocoa, conocida como ‘el Trampolín de la Muerte’, es una vía muy difícil de transitar y no pueden pasar tractomulas sino carros medianos y camiones pequeños. La otra es la vía Rosas – La Sierra – El Bordo, que ha sido cerrada los fines de semana”, explicó Álvaro Hernán Arturo.
Lo que prometió el Gobierno
En días pasados, el presidente Petro y varios de los miembros de su Gabinete Ministerial estuvieron en la ciudad de Ipiales estudiando las soluciones a corto, mediano y largo plazo que permitan de manera inmediata mitigar un poco la crisis y después, solucionar definitivamente el asunto que tiene en jaque a los ganaderos y agricultores de los departamentos de Nariño, Cauca y Putumayo.
Luego de una reunión que se extendió hasta bien entrada la noche, el jefe de Estado hizo varios anuncios en ese sentido, el primero tiene que ver con la conformación de un grupo interinstitucional y técnico que esté al frente de la situación y haga valoraciones de ese orden cada tanto tiempo para ir corrigiendo sobre la marcha lo que no funcione.
“Habrá aquí una coordinación de todas las entidades del orden Nacional y Territorial, establecidas en una Gerencia con competencia en el territorio, obviamente articuladas con autoridades locales, para dirigir todo el proceso de salida de la crisis que se produjo por el derrumbe de la carretera Panamericana, un derrumbe bastante grande, que a su vez es producto de su construcción sobre una falla geológica”, dijo Gustavo Petro.
A renglón seguido, el presidente dio luces sobre las medidas que tomará el Gobierno Nacional articulado y en constante comunicación con entidades del orden territorial y organizaciones sociales y empresariales para buscar paliar la crisis que hoy tiene al borde de la quiebra a más de 100.000 familias dedicadas a la ganadería y la agricultura.
“Las soluciones a corto plazo implican abrir unas vías alternativas, están en plena construcción. Consideramos que terminarán en 30 días para permitir transporte de carga y transporte normal entre la región con el resto del país. En estos 30 días, mientras tanto, tenemos que mitigar los efectos de la incomunicación”, apremió Petro.
Esa mesa técnica también estableció unos topes a los valores que deben cobrar quienes distribuyan combustible. “La imposibilidad de traer gasolina a la región provocó un aumento especulativo de precios. Nosotros hemos decidido ponerle fin a esa especulación: hay unos precios que, consultando el encarecimiento de los fletes, nos parecen normales, esos precios tendrán como límite 8916 pesos galón de gasolina y 8396 pesos galón diésel”, sentenció Petro en su alocución.
El presidente también se comprometió con los ganaderos que no han podido sacar como de costumbre la leche hacia otros departamentos. “Vamos a instalar unas mesas con los sectores que sufren la incomunicación, la falta de vías. Habrá uno con la industria lechera, la transformación de la leche en Nariño. Buscamos que más de 400.000 toneladas de leche sean compradas por esta industria a los productores de leche del departamento con el fin de ser transformadas. El Gobierno Nacional Comprará la totalidad de esa transformación y la llevará a los programas contra el hambre en Colombia”, aseguró el mandatario.
No obstante, desde la organización Dignidad Ganadera Nacional han denunciado que quienes compran el producto han empezado a reducir los precios pagados al productor, aprovechándose de la difícil situación por la que atraviesan, mientras que quienes deciden no venderla han aptado por regalarla, como se ha visto desde hace días en notas televisivas.
“[Los compradores] han decidido reducir el precio de la leche a cerca de 500 pesos por litro, digo yo, con la excusa de los sobrecostos en el transporte. Hoy en la región se está pagando el litro de lecha a 1800 pesos en promedio al productor y eso significa que no se estaría compensando los costos de producción”, comentó Richard Humberto Fuelantala, presidente de esa agremiación.
Ganaderos y agricultores esperan que las vías que se construyen en la actualidad permitan la normalización de sus actividades comerciales, porque como están hoy día las cosas, es imposible esperar más de los 30 días que dijo el presidente Petro tardaría la construcción de las obras.