La aspirante presidencial María Fernanda Cabal presentó un ambicioso plan para recuperar las vías terciarias del país, con una propuesta estructural que prioriza la inversión conjunta entre el Estado y el sector privado, el control ciudadano y el uso estratégico de los recursos fiscales, como motor de desarrollo y seguridad para el campo colombiano.
En un país donde más del 75 % de las vías terciarias se encuentran en mal estado, precandidata presidencial María Fernanda Cabal ha lanzado una ambiciosa propuesta para transformar la infraestructura rural de Colombia.
En palabras contundentes, declaró: “Yo no prometo, yo me comprometo con una gran transformación de las vías terciarias que nos traerán desarrollo, seguridad y futuro para el campo”.
Cabal advierte que la situación actual de las vías terciarias es uno de los mayores obstáculos para el progreso del campo colombiano. “Las vías terciarias son el corazón del campo. Sin ellas, nuestros productores rurales están aislados, el Estado pierde presencia y las economías ilegales ganan terreno”, afirmó.
A su juicio, mientras el gobierno de Gustavo Petro destina billonarios recursos a estrategias fallidas como la “paz total”, los campesinos continúan sin poder sacar sus productos a los mercados, condenados al atraso y a la dependencia de intermediarios.
La líder opositora también denunció que la infraestructura en Colombia está secuestrada por la corrupción, señalando que el 83 % de los contratos de obra se adjudican a un solo oferente y que la selección de proyectos responde más a intereses políticos que a necesidades estratégicas. “Esto debe cambiar. Necesitamos transparencia, planeación técnica y una verdadera articulación entre el Estado y las regiones”, enfatizó.
Una propuesta estructural para cambiar el modelo
El plan de Cabal contempla seis pilares clave para una transformación profunda de las vías terciarias:
- Alianzas de Infraestructura entre el Gobierno nacional, los entes territoriales y el sector privado, que permitan garantizar los recursos necesarios y asegurar una ejecución técnica y eficiente de los proyectos.
- Asignación de recursos a partir del impuesto predial rural: el 30 % de este tributo sería destinado a la inversión en vías terciarias, con la exigencia de una contrapartida equivalente por parte de los municipios beneficiados.
- Incentivos fiscales a empresas privadas que participen en el desarrollo de infraestructura rural, promoviendo la inversión en zonas históricamente olvidadas.
- Creación de un Banco de Proyectos en el Ministerio de Transporte, con el objetivo de priorizar las obras en función de criterios técnicos, económicos y sociales, y no de intereses políticos.
- Fortalecimiento de las veedurías ciudadanas y gremiales, para garantizar la vigilancia sobre la ejecución de los proyectos y reducir los espacios para la corrupción.
- Presencia integral del Estado en el territorio, usando la infraestructura como herramienta para llevar seguridad, institucionalidad y desarrollo a las regiones más apartadas.

Seguridad y desarrollo, motores de una nueva ruralidad
Cabal plantea que su propuesta no solo busca mejorar la movilidad rural, sino que está concebida como una estrategia integral de desarrollo y seguridad. “Las vías son los ejes por donde debe avanzar el Estado. Donde hay conectividad, hay oportunidad; donde hay abandono, florece la ilegalidad. Vamos a cambiar eso”, aseguró.
Para la precandidata, este plan representa una apuesta concreta por el bienestar de las familias rurales, la dinamización de la economía agrícola y la recuperación de la soberanía territorial frente al avance de grupos armados y estructuras criminales. “El campo colombiano ha sido históricamente marginado. Vamos a revertir ese abandono con decisión, transparencia y visión. Conectaremos al país y potenciaremos el campo”, manifiestó.
Frente al gasto del actual gobierno en la estrategia de “paz total”, Cabal criticó que “se gastan billones en estrategias fallidas, mientras los campesinos siguen sin poder sacar sus productos, sometidos a intermediarios y al atraso”. Su propuesta busca revertir esta lógica priorizando la conectividad rural como herramienta de desarrollo y seguridad.