Durante un debate de control político en el Congreso, la precandidata presidencial María Fernanda Cabal Molina acusó al gobierno de cometer un “crimen de Estado” y una “traición a la patria” por su presunta complicidad con estructuras criminales, tras las revelaciones sobre alias Calarcá. Cabal denunció que la figura de “gestores de paz” ha sido usada para amparar a narcoterroristas, lo que habría derivado en múltiples muertes de militares y policías.
En una intervención contundente y cargada de emoción durante el debate de control político en el Senado de la República, la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal no solo denunció, sino que acusó formalmente al gobierno nacional de cometer un “crimen de Estado” y una “traición a la patria” en relación con las revelaciones sobre el caso del cabecilla narcoterrorista alias Calarcá.
La legisladora del Centro Democrático, con voz firme y gestos enfáticos que captaron la atención de todo el hemiciclo, desglosó lo que calificó como una conspiración criminal entre estructuras del Estado y disidencias armadas. Su discurso, que se extendió por más de veinte minutos, fue un llamado de alerta para el país.
“¿Cómo se llama cuando un general se alía con el director de Inteligencia y le entregan coordenadas a los asesinos de soldados y policías? Eso se llama traición a la patria. Y también se llama crimen de Estado”, sentenció Cabal, provocando un silencio tenso en la sala.
La senadora presentó una serie de hechos que, según ella, demuestran una grave perversión del concepto de paz. Acusó al gobierno de amparar bajo la figura de “gestores de paz” a criminales que siguen armados, trafican coca y utilizan menores de edad. Destacó que la suspensión de órdenes de captura, incluso en flagrancia, constituye una violación directa a la Constitución y un ataque al Estado de Derecho.
Cabal conectó estas acciones gubernamentales con tragedias humanas específicas y recientes: el asesinato del sargento Carlos Cisneros en Caquetá, la muerte de siete militares en Guaviare, y el derribo del helicóptero Black Hawk en Amalfi que cobró la vida de trece policías. “Todo esto responde a un contubernio entre el Gobierno, la Fiscalía y las estructuras criminales”, afirmó con rotundidad.
En su análisis, la precandidata aseguró que la política de “paz total” es, en realidad, “una alianza narcocriminal que sirve para traficar coca, controlar territorios y robar elecciones”, financiada con recursos del narcotráfico y sostenida por la intimidación armada en las regiones.
El discurso de Cabal culminó con una promesa de acción y una proyección hacia el futuro electoral. “Estos hechos no quedarán en la impunidad. Habrá responsabilidades individuales ante instancias nacionales e internacionales”, advirtió. Y concluyó con un mensaje de esperanza y determinación: “Cuando el Centro Democrático tenga candidata única, nos veremos en las elecciones. Vamos a arrasar. La izquierda será parte del pasado de la criminalidad, la pobreza y la destrucción que hoy vive Colombia”.
Su intervención, transmitida en vivo por Canal del Congreso, ha generado una ola de reacciones en redes sociales y medios de comunicación, posicionando a Cabal como una de las voces más críticas y contundentes frente a la actual política de seguridad del país.
La senadora Cabal demostró una vez más su capacidad para enfrentar temas complejos con claridad y convicción. Su discurso no fue solo una denuncia; fue un acto de coraje cívico que exige una respuesta inmediata de las instituciones del Estado. Su postura, aunque polémica para algunos, refleja la profunda preocupación de muchos colombianos por la seguridad y la integridad de sus instituciones. El futuro político de Colombia está en juego, y Cabal ha decidido jugarlo con todas sus cartas sobre la mesa.
