Ante la confirmación de Petro sobre el ingreso de Colombia a la Ruta de la Seda, gremios advierten riesgos económicos y diplomáticos.

Andi, AmCham y Fenalco se pronunciaron sobre el anuncio del mandatario. Solicitaron al Gobierno explicar en detalle el alcance, las condiciones y los objetivos del acuerdo firmado con China.

El anuncio del presidente Gustavo Petro sobre la adhesión de Colombia a la Franja y la Ruta de la Seda —la iniciativa global liderada por China— ha generado una ola de reacciones entre los gremios económicos del país, que piden transparencia y análisis estratégico frente a las implicaciones comerciales de este paso.

Durante su visita oficial a la República Popular China, el jefe de Estado confirmó que Colombia firmará su entrada formal a la Ruta de la Seda, destacando que este paso responde a una política exterior soberana e independiente.

 “Las relaciones que establecemos con cualquier pueblo del mundo deben darse en condiciones de libertad e igualdad”, señaló Petro, quien también ostenta la presidencia pro tempore de la CELAC.

Sin embargo, desde el sector empresarial y comercial se han alzado voces de preocupación por las posibles consecuencias que esta decisión podría tener para la industria y el empleo nacional.

 “Las decisiones deben ser estratégicas, no ideológicas”

El presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, Andi, Bruce Mac Master, fue enfático al cuestionar el anuncio, asegurando que decisiones de este tipo deben estar basadas en el interés general del país y no en impulsos ideológicos.

“La política de diplomacia comercial debe atender los intereses económicos de la sociedad colombiana. ¿Cuál es el beneficio real para nuestra población de adelantar un acuerdo de esta naturaleza?”, expresó Mac Master, quien además advirtió sobre los riesgos de competir con una industria como la china, altamente subsidiada y con estándares laborales y ambientales distintos.

El dirigente gremial también advirtió sobre la pérdida de equilibrio en las relaciones internacionales si Colombia debilita su alianza con Estados Unidos, principal socio comercial e inversionista.

Según cifras expuestas por el presidente de la Andi, mientras Colombia exportó en 2024 cerca de USD 14.200 millones a EE. UU., solo exportó USD 2.100 millones a China, con una balanza comercial negativa frente al gigante asiático que se profundiza año tras año. También enfatizó que de EE. UU. proviene entre USD 4.000 y 5.000 millones anuales en inversión, en contraste con apenas USD 150 millones desde China.

“Si uno tiene que competir con una industria que tiene esas condiciones y ese tamaño, muy seguramente va a terminar desapareciendo”, agregó, recordando que actualmente China tiene múltiples investigaciones por comercio desleal en Colombia y otras naciones.

 “Hay más preguntas que respuestas”

Desde la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia), también se expresaron dudas sobre el ingreso de Colombia a la Ruta de la Seda.

La entidad expresó, de manera respetuosa, una serie de preguntas clave sobre el anuncio presidencial: ¿cuáles serán los beneficios concretos para Colombia?, ¿qué compromisos adquiere el país?, y ¿qué medidas se tomarán para evitar prácticas desleales por parte de China? AmCham recordó que el país asiático no es reconocido como una economía de libre mercado, lo que podría poner en desventaja a la industria nacional.

AmCham recalcó que China no es reconocida internacionalmente como una economía de mercado, lo que agrava los temores frente a prácticas que puedan distorsionar el mercado.

“Una equivocada lectura sobre esta adhesión puede enviar mensajes equívocos y hasta de provocación a nuestros principales aliados”, advirtieron.

“Una provocación innecesaria”

Para el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, este paso representa una “provocación innecesaria” hacia Estados Unidos, el principal socio estratégico y comercial del país. Destacó que cualquier política exterior debe estar guiada por los intereses nacionales y no por afinidades ideológicas o coyunturas políticas pasajeras.

“Colombia no puede ‘patear la lonchera’. Las decisiones comerciales y diplomáticas deben tomarse con visión de largo plazo, defendiendo el bienestar económico, alimentario y social de todos los colombianos”, afirmó.

El dirigente gremial recordó que la balanza comercial con China es ampliamente negativa y que no existe, hasta el momento, una relación exportadora sólida. En cambio, la alianza con Estados Unidos ha sido estable, estructurada y provechosa para sectores clave como el agropecuario.

Colombia mantiene un superávit superior a los 1.500 millones de dólares en su comercio con EE.UU., gracias a exportaciones de productos como flores, café y banano, mientras importa alimentos esenciales como trigo y maíz.

Cabal también advirtió que una eventual aproximación a bloques como los BRICS, basada más en coincidencias ideológicas que en cálculos técnicos, podría generar efectos adversos similares a errores diplomáticos del pasado, con implicaciones serias para el empleo y la economía nacional.