El exmandatario exaltó la memoria del joven asesinado, a quien llamó “inspirador por siempre del pueblo libre de Colombia”, y reiteró su propuesta de seguridad como garantía de libertad y emprendimiento.
Desde el parque El Golfito, en el barrio Modelia de Bogotá, donde ocurrió el atentado contra el excandidato presidencial Miguel Uribe, el expresidente Álvaro Uribe Vélez pronunció un discurso conmemorativo en el que propuso transformar ese espacio en un símbolo de compromiso nacional con la seguridad democrática.
En su intervención, llamó a no convertir el lugar ni en escenario de venganza ni en plataforma para promover lo que calificó como una “falsa paz”. Uribe pidió que allí se simbolice una “llama eterna” que recuerde el amor de Miguel Uribe por Colombia, y convocó a los asistentes a reafirmar la fe en el país, promover la esperanza y asumir la construcción de un Estado con seguridad legítima y democrática.
El expresidente centró su intervención en el concepto de seguridad como condición esencial para garantizar las libertades ciudadanas. Señaló que la tranquilidad en las veredas, pueblos y ciudades solo será posible cuando se garantice el control efectivo del territorio y la neutralización del accionar violento.
Asimismo, hizo énfasis en que la seguridad debe proteger la libertad de emprender, sin depender del favor o el temor al gobernante de turno; permitir el acceso del joven al conocimiento sin caer en la esclavitud de la droga; y salvaguardar la libertad de expresión frente a cualquier forma de censura o privilegio político.
Uribe también planteó que el sacrificio de Miguel Uribe debe convertirse en una inspiración permanente para el pueblo colombiano, y afirmó que el crimen fue cometido con recursos del narcotráfico y con apoyo de una red de autores intelectuales.
El acto tuvo un tono solemne y fue aprovechado por el expresidente para reiterar la importancia de preservar un modelo de seguridad como eje estructural del Estado, al tiempo que lanzó críticas implícitas al populismo.
“La seguridad que proteja el florecimiento de empresas para que el trabajador tenga la libertad de escoger entre muchas buenas opciones y no sea mercancía de trueque entre el Estado, la corrupción y la politiquería, ni esclavo de un único empleo precario por las pocas oportunidades que permite el neocomunismo”, puntualizó Álvaro Uribe Vélez.



